15 y 16 de Julio de 2016
Estos dos días los hemos pasado en Mahabalipuram. Podríamos haber hecho una única noche, pero siempre intentamos aprovechar las vacaciones para descansar un poco, y el lugar elegido fue Mahabalipuram, también conocido como Mamallapuram.
El viernes 15 bajamos a desayunar a la cocina compartida. Hay tostadas de barra de pan!! Y mermelada, fruta (papaya) y té.
Antes de salir de Pondicherry paramos en el Grand Bazaar, que aunque se llame así es un mercado de fruta, verdura, pescado y flores. Y ya sabéis cómo me gustan los mercados.
Tras un rato largo, salimos a la calle de nuevo. Paramos en una fábrica de papel de Sri Aurobindo, aunque no merece mucho la pena.
Sábado, 16 de Julio de 2016
En esta zona hay muchas tiendas de souvenirs. Se nota que es una zona mucho más turística, y, no sé si por ser sábado o si es todos los días así, está llena de turistas. 90% indios, 10% occidentales (que ya son muchos).
La bola de mantequilla de Krishna.
Hoy comemos en el restaurante Santana, a la orilla del mar. Bien de precio y tampoco pica.
Al terminar no puedo evitar bajar al mar y mojar los pies en el océano Índico por primera vez en mi vida.
Estos dos días los hemos pasado en Mahabalipuram. Podríamos haber hecho una única noche, pero siempre intentamos aprovechar las vacaciones para descansar un poco, y el lugar elegido fue Mahabalipuram, también conocido como Mamallapuram.
El viernes 15 bajamos a desayunar a la cocina compartida. Hay tostadas de barra de pan!! Y mermelada, fruta (papaya) y té.
Antes de salir de Pondicherry paramos en el Grand Bazaar, que aunque se llame así es un mercado de fruta, verdura, pescado y flores. Y ya sabéis cómo me gustan los mercados.
Tras un rato largo, salimos a la calle de nuevo. Paramos en una fábrica de papel de Sri Aurobindo, aunque no merece mucho la pena.
En hora y media llegamos a Mamallapuram.
Vamos directos a comer al restaurante Moonrakers. No está mal de precio y no pica (pollo con lima).
El hotel elegido para estos dos días de relax es el Grande Bay Resort and Spa.
Es un megahotel. No en cuanto a tamaño, pero comparado con los que hemos estado, este es más "lujoso". Y tiene piscina, que es lo que buscábamos.
En ella pasamos media tarde. Qué gusto descansar...
Sábado, 16 de Julio de 2016
A las 10, porque hoy no hay prisa, comenzamos nuestras visitas por los templos.
No tardamos ni 5 minutos en llegar al Shore Temple, el templo de la orilla. Es patrimonio de la Unesco, y recientemente (de hecho el 1 de Abril de 2016) han decidido aumentar el precio. Radicalmente. Al doble. Así que una entrada que antes costaba 250 rupias (poco menos de 4 euros), ahora cuesta 500 rupias (casi 8 euros).
En esta zona hay muchas tiendas de souvenirs. Se nota que es una zona mucho más turística, y, no sé si por ser sábado o si es todos los días así, está llena de turistas. 90% indios, 10% occidentales (que ya son muchos).
Entramos en el templo, que obviamente está a la orilla del mar. Todos los relieves están muy erosionados. Es pequeño pero bonito. Damos una vuelta y hacemos unas cuantas fotos.
A la salida nos vamos al templo de los cinco rathas. Son cinco templos individuales. Cuatro de ellos excavados en una única piedra de granito.
Cada templo tiene la forma de un carruaje (que es lo que significa "ratha"), y sus nombres son los de los cinco Pandavas, los héroes del Mahabarata (ya hablaré en algún momento de este libro).
En la siguiente parada tenemos tres cosas que ver:
Los templos de las cuevas
En esta vemos a la diosa Durga luchando con un demonio, y en otro lado a Vishnu en su sueño cósmico.
La penitencia de Arjuna
Es el bajorrelieve más grande del mundo. También se conoce como el Descenso del Ganges. Tiene 27 metros de largo y 9 de alto. Cuenta la historia de Arjuna, quien convence a Shiva de que use su pelo para traer el Ganges desde el cielo hasta la tierra.
La bola de mantequilla de Krishna.
No preguntéis por el nombre. Simplemente pensad que esa piedra lleva ahí siglos y no se cae. Ni se mueve.
Hoy comemos en el restaurante Santana, a la orilla del mar. Bien de precio y tampoco pica.
Al terminar no puedo evitar bajar al mar y mojar los pies en el océano Índico por primera vez en mi vida.
El resto de la tarde la pasamos en el hotel, disfrutando de la piscina y de una bonita puesta de sol.
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