Martes, 12 de Julio de 2016: De Trichy a Kumbakonam pasando por Thanjavur.

A las nueve de la mañana comenzamos el trayecto en coche. En una hora llegamos a Thanjavur. Es una ciudad grande también, como todas por aquí.

Visitamos el templo de Brihadeshwara (gratis). Es uno de los tres grandes templos del reino Chola. Está construido en granito. Un templo totalmente diferente a los que hemos visto.



Se puede entrar con calcetines, lo cual se agradece porque el suelo quema un poco. Aun así voy a dejar de ponérmelos, porque quedan los pobres hechos un asquito.


Había una excursión de un colegio. Nos miraban y saludaban tímidamente a lo lejos, pero en uno de los templos coincidimos con ellas. Me pareció intuir que cuatro niñas pedían permiso a la profe para romper filas (porque iban todos por parejas en una fila, de lo más organizados) y venir a saludar, y al indicarles yo que se acercaran, vinieron corriendo. Qué majos.


Subimos al coche y fuimos a un taller de figuras de bronce. Un anciano que no hablaba nada de inglés nos explicó el proceso. Primero con una pasta que no sabemos qué es, hace la figura. Luego la mete en agua para que se solidifique, y hace un molde de arcilla. Deja que se seque un poco y echa dentro la aleación de metales. Lo pone al sol para que se seque hora y media, y luego lo abre y saca la figura. Esta figura tiene que pulirla muchísimo y al final consigue los objetos típicos.

La tienda era carísima. Mucho. Así que nos fuimos a una del gobierno, con precios fijos. Y ahí sí que compramos.

Comimos en Thanjavur, en un restaurante en la calle principal. Pollo manchuriano, otro Hunan y arroz blanco. Muy rico todo. Además de nosotros, había una pareja de indios que no nos quitaban el ojo de encima. Supongo que no hay muchos turistas por aquí.


En poco más de una hora llegamos a Kumbakonam, por una carretera algo sinuosa y con un montón de badenes.


Entramos en el hotel Metro. La recepción es pequeña y tiene unas puertas abiertas que dan a lo que debió de ser un restaurante pero ahora está de obras lleno de escombros. Hay polvo por todos sitios. 

Relleno papeles y nos dan a elegir habitación. Subimos y las miramos cuatrocientas veces. No sabemos cuál es peor. Nos decidimos por la 102, que al menos las ventanas cierran mejor. Salimos al supermercado y al volver a la habitación investigamos más a fondo. Es horrible. 

Tenemos cuatro habitantes de 8 patas en la habitación (arañas), bastante grandes. La ventana del baño no cierra. La pared de la zona del lavabo está sucísima, de óxido, cal y, en definitiva, mierda. El inodoro creo que es lo único medianamente limpio. Los laterales de la cama tienen pelusas como si llevaran 2 o 3 años sin limpiarse. Los sillones, rotos por debajo. Sabanas y mantas sucias. Si fuera una noche, habríamos sobrevivido a duras penas. Pero dos…


Decidimos irnos a otro hotel. Prabhu nos lleva a uno que conoce. Este está mucho mejor. Muchísimo mejor. Y de precio casi igual que el Metro. Thangavilas Inn.


Dejamos las cosas y nos vamos al templo de Sarangapani. El templo está bien, lo mejor es el centro, donde está el altar y donde no se pueden sacar fotos. Simula un carro tirado por caballos y elefantes.


Caminando por el templo salió de la nada una vaca, pastoreada por un hombre. 

Casi me la como, qué susto.

Después vimos el templo que está al lado del tanque de Mahamaham. Hace años en estos tanques los devotos debían bañarse antes de ir al templo.

Dimos un paseo por las calles de shopping local y nos fuimos al hotel.