Miércoles 12 de Abril (Parte 2)
Nos quedamos en un metro con más años que yo, que circula a bastante velocidad haciendo un ruido infernal que casi impide la comunicación con otras personas. Haciendo un transbordo, llegamos a la parada del Kremlin.
No hay nadie haciendo cola para comprar tickets, así que compramos dos, para ver la plaza del Kremlin y las iglesias. 500 rublos cada entrada.
Los controles para acceder al Kremlin (con mochila, sin problema) no es que sean exhaustivos pero sí muy, pero que muy lentos.
Nada más pasar la Torre de la Trinidad (vamos, las murallas), empieza a llover, gotas muy gordas. Todos los turistas corremos a refugiarnos, y a los 2 minutos que parece que amaina, nos dirigimos a la plaza de las Catedrales.
Falsa alarma... la lluvia vuelve, y muchos turistas tenemos que ver, debajo de un arco del Palacio del Patriarca, cómo la lluvia se convierte primero en granizo, luego en nieve, para después desaparecer con una fina lluvia dando paso a un cielo totalmente azul.
Raro, ¿verdad?
Nuestra entrada de 500 rublos nos da acceso a 5 iglesias, un cañón y una campana.
No recuerdo el orden en el que las vimos, pero en cada iglesia hay folletos informativos en español. No se pueden hacer fotos dentro, pero las iglesias son increíbles.
Las catedrales que visitamos fueron en el Kremlin:
- La Catedral de la Asunción, del siglo XV, donde coronaban a los zares.
- La Catedral de la Anunciación, también del siglo XV, iglesia principal de los Grandes Príncipes de Moscú.
- La Catedral del Arcángel: templo sepulcro de los grandes príncipes moscovitas feudales y de los primeros zares rusos.
- La Catedral de la Deposición del Manto de la Virgen
- La gran torre de Iván el Grande
- (Este no pudimos verlo por dentro) El palacio del patriarca y la iglesia de los doce apóstoles.
Además se puede ver también el cañón del zar (de 1586, 40 toneladas) y la campana del zar (la más grande del mundo, aunque la más grande no-rota está en Mingún)
Estamos hora y media de visita por allí, y nos vamos a comer.
Justo al lado del Kremlin hay un centro comercial subterráneo (no busquéis un edificio, como hice yo), Okhtony Road.
Y ahí, un montón de restaurantes donde comer.
Nosotros elegimos My-my (el de la vaca). Es un self-service, barato y con cosas comestibles. A mi me gustó mucho, a mi compi no.
Al terminar dimos un paseo por el centro comercial, nos compramos un abrigo, y nos fuimos a la Plaza Roja.
La plaza es... muy grande. Y bonita, que es lo que "Krásnaya" (roja) quiere decir en ruso antiguo.
Aunque no llueve, el cielo está encapotado (¿quién lo desencapotará?), hace mucho viento, mucho frío, y yo ya ni hago fotos por no sacar las manos de los bolsos.
Ha sido un día completo, y mañana tenemos que ir a Sergiev Posad... si saber cómo, cuándo ni para qué.
Lo más sensato, volver al hotel, donde nos reciben con una bandeja con té y pastas (ahora sí que las aceptamos), y organizar el plan de mañana.
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Nos quedamos en un metro con más años que yo, que circula a bastante velocidad haciendo un ruido infernal que casi impide la comunicación con otras personas. Haciendo un transbordo, llegamos a la parada del Kremlin.
Visita al Kremlin
Para ir a visitar el Kremlin, lo mejor es bajarse en la parada de Biblioteka in Lenina. Cierto que el metro está todo en cirílico, pero con un mapa con las paradas traducidas y algo de intuición, se sobrevive sin problemas.No hay nadie haciendo cola para comprar tickets, así que compramos dos, para ver la plaza del Kremlin y las iglesias. 500 rublos cada entrada.
Los controles para acceder al Kremlin (con mochila, sin problema) no es que sean exhaustivos pero sí muy, pero que muy lentos.
Nada más pasar la Torre de la Trinidad (vamos, las murallas), empieza a llover, gotas muy gordas. Todos los turistas corremos a refugiarnos, y a los 2 minutos que parece que amaina, nos dirigimos a la plaza de las Catedrales.
Ahí debajo nos refugiamos cuando llovió |
Falsa alarma... la lluvia vuelve, y muchos turistas tenemos que ver, debajo de un arco del Palacio del Patriarca, cómo la lluvia se convierte primero en granizo, luego en nieve, para después desaparecer con una fina lluvia dando paso a un cielo totalmente azul.
Aquí lloviendo bastante |
Instantes después, sol radiante |
Nuestra entrada de 500 rublos nos da acceso a 5 iglesias, un cañón y una campana.
No recuerdo el orden en el que las vimos, pero en cada iglesia hay folletos informativos en español. No se pueden hacer fotos dentro, pero las iglesias son increíbles.
Las catedrales que visitamos fueron en el Kremlin:
- La Catedral de la Asunción, del siglo XV, donde coronaban a los zares.
- La Catedral de la Anunciación, también del siglo XV, iglesia principal de los Grandes Príncipes de Moscú.
- La Catedral del Arcángel: templo sepulcro de los grandes príncipes moscovitas feudales y de los primeros zares rusos.
- La Catedral de la Deposición del Manto de la Virgen
- La gran torre de Iván el Grande
- (Este no pudimos verlo por dentro) El palacio del patriarca y la iglesia de los doce apóstoles.
Además se puede ver también el cañón del zar (de 1586, 40 toneladas) y la campana del zar (la más grande del mundo, aunque la más grande no-rota está en Mingún)
Estamos hora y media de visita por allí, y nos vamos a comer.
Justo al lado del Kremlin hay un centro comercial subterráneo (no busquéis un edificio, como hice yo), Okhtony Road.
Y ahí, un montón de restaurantes donde comer.
Nosotros elegimos My-my (el de la vaca). Es un self-service, barato y con cosas comestibles. A mi me gustó mucho, a mi compi no.
Al terminar dimos un paseo por el centro comercial, nos compramos un abrigo, y nos fuimos a la Plaza Roja.
La plaza roja de Moscú
Mochilas delante, ya me han avisado de la cantidad de carteristas que hay, aunque también hay muchos policías...Llama Eterna de Moscú |
La plaza es... muy grande. Y bonita, que es lo que "Krásnaya" (roja) quiere decir en ruso antiguo.
Aparte de eso, no me despertó ningún otro sentimiento. De desilusión quizás, me esperaba "algo más".
Kremlin a la derecha, Mausoleo de Lenin, Catedral de San Basilio enfrente, GUM (centro comercial de lujo, con un edificio que merece la pena visitar) a la izquierda, y el Museo Estatal de Historia Rusa detrás.
Aunque no llueve, el cielo está encapotado (¿quién lo desencapotará?), hace mucho viento, mucho frío, y yo ya ni hago fotos por no sacar las manos de los bolsos.
Ha sido un día completo, y mañana tenemos que ir a Sergiev Posad... si saber cómo, cuándo ni para qué.
Lo más sensato, volver al hotel, donde nos reciben con una bandeja con té y pastas (ahora sí que las aceptamos), y organizar el plan de mañana.
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3 Comentarios
Vaya, a mí me encantó la Plaza Roja, es uno de mis lugares predilectos. Está visto que sobre gustos... jaja
ResponderEliminarUn abrazo
Jajajajaja, ya, se lo he oido a mucha gente... quizás es que tenía demasiadas expectativas, no sé. Pero... sólo es una plaza...
EliminarUn abrazo guapa :)
mi sueño es viajar a Rusia, estas fotos me han hecho viajar aya, te invito a mi blog www.mochilerofutbolero.com donde encontrarás todo lo referente a viajes de fútbol
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