Reflexiones de un viaje por Namibia.


Hemos tenido muchas horas de coche en este viaje. Muchas horas para pensar en cómo titular este post, porque el contenido lo tenía bastante claro.

Namibia sin edulcorar. Sin azúcar, sin florituras.

He leído mucho y me he empapado de blogs y diarios de gente que ha viajado por este país. Y puede ser que con el paso del tiempo, sólo perduren las buenas sensaciones (quizás incluso hoy tras contar cuarenta veces en el trabajo cómo fue el viaje ya me esté pasando también).



Pero mientras estábamos en Namibia, cuando me preguntaban por whatsapp que qué tal el viaje, mi respuesta era: dios santo, un HORROR.

Que sí, que ahora veo las fotos y pienso "cuánto ha molado".

Debe ser porque las fotos de los 2734 km que hemos hecho en 11 días no aparecen entre mis favoritas. Quizás porque los 300 km que calculábamos serían 4-5 horas y se convertían en 6h -7 si incluimos la parada en medio de la nada a hacernos un bocadillo- no están reflejados en ninguna imagen. Y quizás eso se nos va olvidando.


"La Nada"

Sé que es algo subjetivo, que depende de cada uno, pero no entiendo que nadie haya hablado de lo horrible que es estar seis horas en una carretera que es un bache continuo (de hecho no es que haya agujeros, sino que la carretera hace tantos años que no la arreglan que parece que tiene bandas de frenado durante 200 km).




Es una desesperación continua. Mirar fijamente el pavimento para decidir si conducir por la izquierda, por la derecha o por el centro. Escuecen los ojos de buscar el mejor lugar por el que ir sin que tiemble todo, que, para que engañarnos, no existe. Es desesperanzador. Tener que bajar a velocidades de 30km por hora (lo óptimo eran unos 70-80, eso sí, prepárate para vibrar) porque crees que el coche va a salir despedido.


"La Nada" (Parte 2)

Hacer días seguidos en coche (el día que hicimos de Windhoek a Sesriem, al siguiente Sesriem - Swakopmund, al siguiente Swakopmund - Twyfelfontein, al siguiente Twyfelfontein - Okaukuejo), saliendo apenas a las ocho y media de la mañana y llegando 10 horas después al destino, para no hacer ni hora y media de visitas por medio.

Visitas que sí, son alucinantes. Pero que tras 4 horas por esas penosas carreteras, hacen pensar si has elegido correctamente ruta y destino.

Porque no lo entiendo. No entiendo que la peor carretera por la que hayamos conducido sea el tramo de Solitaire a Sesriem. La única (si no me equivoco) carretera que te lleva a un lugar que forma parte de la Unesco. 60 km que, date con un canto en los dientes si lo haces en una hora.


Deadvlei, que sí, es bonito

Y sí, acepto que hayamos ido en época de lluvias y por ello tanto en Okonjima como en Erindi tuvieramos que poner el 4x4, rezar un par de avemarías, y lanzarnos a cruzar los enormes charcos que cortaban las embarradas y arcillosas carreteras de entrada a ambas reservas.


Fijaros en la arena de la carretera y no en el burrito que mira aburrido

A Erindi llegué enfadada, ya lo leeréis. Y ya se lo dije a uno de los guardias, a modo comentario-desahogo, porque el hombre poco puede hacer: no son charcos lo que hay en las carreteras de acceso; son charcas, camino de ser lagunas.


Esto es tras 48 horas sin lluvia... el día anterior era una piscina olímpica

Ahora mismo echo en falta haber tenido un día más para haberlo metido en Swakopmund por ejemplo. Para haber descansado el cuerpo de tanta carretera y quitarme esa sensación de llegar siempre a carreras a los destinos. "Cinco horas de coche, visitar muy rápido, seguir camino, y corre que no llegamos de día al camping".

Y eso, si llegábamos a tiempo... que en Sesriem y Twyfelfontein cierran "pronto" y tuvimos que posponer la visita al día siguiente, con lo que eso conlleva: una fugaz visita para poder hacer otras 6 horas de coche y no llegar de noche.


Oh sí, tras casi 7 horas de coche... vemos atardecer!

En los campings de Etosha pude comprobar que la gente que viaja en safaris organizados madruga mucho. Suelen partir a las 7 de la mañana.

Llamadme ingenua, pero no había pensado yo que hubiera que madrugar tanto en este tipo de viajes (quizás es la razón por la que siempre íbamos con prisas, no sé). Tampoco he leído en ningún blog que la gente saliera tan pronto de los sitios.



La sensación que tengo es que, hay ciertas cosas que no se comentan. Y no conocerlas ha hecho que mi planificación del viaje sea un caos.

Que sí. Que no ha sido ni una ni dos veces las que he dicho "este viaje es una mierda". Este viaje, que además, es nuestra luna de miel.

Ahora bien que, por otra parte, ha sido un buen destino para una luna de miel. ¿Que por qué? Porque ha sido un viaje único e irrepetible. No, no creo que vuelva a repetir un viaje así. No por Namibia, no por este tipo de carreteras, no con los tiempos tan ajustados.

Si vuelvo (y espero ver el delta del Okavango, las cataratas Victoria, y el parque Kruger algún día) lo haré con calma. Con tiempo de sobra. Como una pareja de españoles que nos encontramos en Erindi, que habían ido 22 días a Namibia. Que estuvieron 3 días en Sesriem. Viendo Deadvlei con calma. Con mucha calma.


Volveré a ver jirafas, sobretodo porque no escarmiento...

Disfrutándolo, pudiendo sentarse a tomar un café, un helado, o a bañarse en la piscina.

Que, como he dicho, a cada uno le gusta viajar de una manera. Pero a mí me gusta viajar descansando. Parando y sin prisas.

Iré publicando entradas poco a poco, pero al contrario que suelo hacer, quería escribir esta reflexión antes de comenzar.

Porque no; Namibia no es toda de color rosa.
Los flamencos de Walvis Bay es lo único rosa de Namibia

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