Hoy en el menú diario tenemos 365 km (4h y media), que incluyen un pequeño paseo por el mercado de artesanía de Swakopmund, una colonia de casi 100.000 focas, visitar a la tribu de los himba, a la de los damara, y ver los petroglifos de Twyfelfontein.
¿Creéis que nos dará tiempo a todo?
Nosotros somos optimistas a la vez que ya hemos desistido de seguir nuestros planes. Así que decidimos no salir antes de las 9 del camping. Ya que las cosas no salen como queremos, al menos dormiremos.
Nos acercamos a cambiar dinero en una casa de cambio al lado del faro de Swakopmund. Poco más de 14$N por euro.
Y luego nos vamos a gastar ese dinero al mercado de artesanía, que está abriendo a esas horas.
Consigo una máscara por 160 $N, un precio que me parece aceptable. Eso sí, al principio me pedía 550 $N... yo no sé de qué me ven cara últimamente, pero debe cambiar radicalmente cuando me dicen ese precio, porque simplemente con un "no way" bajó hasta 300 $N.
A las 10 de la mañana estamos en la Shell llenando de nuevo el depósito (otros 400 $N). Creo que ahora es el momento de hablaros de estas gasolineras. Qué trato, qué atención, qué... qué maravilla.
En cuanto giras al volante para entrar en la gasolinera tienes mínimo a tres sonrientes empleados indicándote dónde parar. Y al parar el motor te llenan el depósito mientras otro te mira el aceite y el nivel del agua y otro te limpia el cristal, gratis todo.
Maravilloso.
El Zeila es uno de los varios barcos que han encallado en la llamada "costa de los Esqueletos" de Namibia.
Este en concreto, lleva ahí desde 2008, y es el que nos pilla de paso en nuestro ajustado planning, así que es el que paramos a ver.
No tiene gran cosa, y gracias a dios hay otra pareja de turistas con los que se entretienen los vendedores de piedras que esperan en el parking.
Con la parada intermedia, y aun siendo una carretera asfaltada, tardamos hora y cuarto en llegar a Cape Cross.
La entrada son 170 $N (12 €), y, haciendo cuentas, hemos pagado la visita a casi un euro por minuto.
Aparcamos al lado de las focas y nada más abrir la puerta, una hedor realmente insoportable invade la estancia.
"Dios mio, esto no hay quién lo aguante!"
Los turistas que hay se tapan la nariz con pañuelos, y yo decido hacer lo mismo.
Hay muchas focas, de hecho si es tiempo de crías, pueden llegar a ser hasta 100.000 focas.
Pero, de nuevo las expectativas hacen mella: había leído que ver las focas, con sus crías (que las hay), con focas muertas, etc etc era un espectáculo que, aunque duro, merece la pena ser visto.
Para mi son focas. Muchas. Que huelen mal.
En el mar hay muchas más. Sí, no se puede negar que es una gran colonia.
Pero no me parece un espectáculo sobrecogedor.
Volvemos al coche y ponemos rumbo a Uis.
¿Creéis que nos dará tiempo a todo?
Nosotros somos optimistas a la vez que ya hemos desistido de seguir nuestros planes. Así que decidimos no salir antes de las 9 del camping. Ya que las cosas no salen como queremos, al menos dormiremos.
Swakopmund
Nos acercamos a cambiar dinero en una casa de cambio al lado del faro de Swakopmund. Poco más de 14$N por euro.
Y luego nos vamos a gastar ese dinero al mercado de artesanía, que está abriendo a esas horas.
Consigo una máscara por 160 $N, un precio que me parece aceptable. Eso sí, al principio me pedía 550 $N... yo no sé de qué me ven cara últimamente, pero debe cambiar radicalmente cuando me dicen ese precio, porque simplemente con un "no way" bajó hasta 300 $N.
A las 10 de la mañana estamos en la Shell llenando de nuevo el depósito (otros 400 $N). Creo que ahora es el momento de hablaros de estas gasolineras. Qué trato, qué atención, qué... qué maravilla.
En cuanto giras al volante para entrar en la gasolinera tienes mínimo a tres sonrientes empleados indicándote dónde parar. Y al parar el motor te llenan el depósito mientras otro te mira el aceite y el nivel del agua y otro te limpia el cristal, gratis todo.
Maravilloso.
Hundimiento del Zeila
El Zeila es uno de los varios barcos que han encallado en la llamada "costa de los Esqueletos" de Namibia.
Este en concreto, lleva ahí desde 2008, y es el que nos pilla de paso en nuestro ajustado planning, así que es el que paramos a ver.
No tiene gran cosa, y gracias a dios hay otra pareja de turistas con los que se entretienen los vendedores de piedras que esperan en el parking.
Colonia de focas de Cape Cross
Con la parada intermedia, y aun siendo una carretera asfaltada, tardamos hora y cuarto en llegar a Cape Cross.
La entrada son 170 $N (12 €), y, haciendo cuentas, hemos pagado la visita a casi un euro por minuto.
Aparcamos al lado de las focas y nada más abrir la puerta, una hedor realmente insoportable invade la estancia.
"Dios mio, esto no hay quién lo aguante!"
Los turistas que hay se tapan la nariz con pañuelos, y yo decido hacer lo mismo.
Hay muchas focas, de hecho si es tiempo de crías, pueden llegar a ser hasta 100.000 focas.
Pero, de nuevo las expectativas hacen mella: había leído que ver las focas, con sus crías (que las hay), con focas muertas, etc etc era un espectáculo que, aunque duro, merece la pena ser visto.
Para mi son focas. Muchas. Que huelen mal.
En el mar hay muchas más. Sí, no se puede negar que es una gran colonia.
Pero no me parece un espectáculo sobrecogedor.
Volvemos al coche y ponemos rumbo a Uis.
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