Diréis que siempre comienzo hablando de las carreteras, pero es nuestra mayor preocupación estos días: cuánto tardaremos en llegar a los sitios.
Hoy son 157km (2h 10 min) que resumo en los siguientes consejos:
- No hagáis caso a los GPS: Nos metieron por la D2187, lo cual significa que aunque hicimos 5km menos, al final recorrimos casi 40 por barro.
- No os fiéis de que un resort caro tenga las carreteras asfaltadas o limpias: lo que encontramos fueron los mismos caminos de barro pero con charcos más anchos. Otro día entero con el 4x4 puesto...
- Tardamos 2 horas y 45 minutos en llegar, y conduciendo lo más rápido que podíamos. Sólo os digo que vimos un grupo de unas 8 jirafas por Erindi y ni paramos...
En fin. A las 10:35 llegamos a Erindi, donde casi me bajo en marcha, porque teníamos una excursión reservada a las 10:30 y claramente llegábamos tarde.
Me hace firmar una hoja en la que vienen las normas de la reserva natural, en la que básicamente se desresponsabilizan de cualquier percance que pueda ocurrirte,y todo muy a carreras, nos dicen que subamos a un jeep que en 3 minutos nos deja al lado de otro jeep, aparcado junto a un poblado bosquimano, nuestra visita de hoy.
Atendemos a las explicaciones del guía, que traduce lo que nos cuentan diferentes personas de la tribu san.
Realmente la estructura de la visita es similar a la que hicimos con los Damara: hierbas medicinales, construcción de diferentes utensilios, hacer fuego...
En todo el mundo quedan unos 100.000 bosquimanos, que es como se conoce a los integrantes de la tribu san. En Namibia se encuentran unos 30.000.
Son nómadas (cazadores-recolectores) y viven en una especie de simbiosis en la reserva de Erindi: ellos les dejan estar en la reserva y les proporcionan un ambiente seguro en el que vivir, y los san permiten esas visitas (cuyos beneficios quiero pensar que se reparten a partes iguales) y les ayudan en los safaris, rastreando animales.
El broche de la visita fue el momento en el que con ramas y una soga hecha por ellos, construyeron una pequeña trampa en el suelo para cazar aves.
En un intento de demostrarnos la eficacia de dicha trampa, uno de los bosquimanos empezó a piar como un pájaro y escarbar por la hierba, hasta que se acercó a la trampa, donde, al ir a pisar... se desmontó y no funcionó.
Es lo que tiene el directo, que no siempre sale como esperas.
La visita mereció la pena totalmente.
Regresamos ya al hotel, donde nos indican que hasta las 14 no nos pueden dar la habitación (y son las 11:30). Nos invitan a sentarnos en el restaurante aunque no comamos, por pasar el tiempo.
Preferimos ir a la caravana, porque aún tenemos que cerrar las maletas, limpiar un poco el interior, y hacernos unos bocadillos... aun así nos sobra un montón de tiempo y nos sentamos en la terraza del restaurante, viendo la charca de la reserva.
Esta charca son más bien unos cuantos socavones grandes, con una única luz, en la que hay hipopótamos, cocodrilos y algún pajarillo.
Desde luego, ni punto de comparación con Okaukuejo.
Sentados conocemos a un español (los primeros españoles que vemos en todo el recorrido) que, al contarnos su viaje (22 días por Namibia, con toda la calma del mundo, quedándose 3 días en Deadvlei, 2 en Luderitz, 2 en Erindi... y así) me hace darme cuenta de lo que nos ha aguado este viaje: las prisas.
Llevamos siete días yendo con prisas a todos sitios (realmente 6, porque el día que fuimos a Namutoni fue genial).
Y esa sensación de tener que correr para poder llegar, es algo que no nos gusta.
A las 14 nos dan la habitación: es la más básica, y aun así nos ha costado un montón... ha sido el capricho de nuestro viaje, aunque aquí parece que la gente se aloja en este tipo de hoteles día sí y día también.
Claramente hay dos Áfricas: el África pija, de "pago y tengo hotelazos y me lo dan todo hecho", y el África de "búscate la vida, viaja por tu cuenta".
Me diréis que eso lo hay en todos sitios, pero he dormido en hoteles de 5 estrellas en Asia tras alojarme en guesthouses, y nunca he notado tanta "diferencia de clases" como estando en Erindi.
A lo que iba. Que la habitación está bien, sin llegar a ser nada del otro mundo. Incluye desayuno y cena buffet, que son bastante justas a mi parecer. Y a la 15:30 se puede tomar té y comer pasteles, también gratis.
Por la tarde nos fuimos de safari, pero eso es otra historia.
Hoy son 157km (2h 10 min) que resumo en los siguientes consejos:
- No hagáis caso a los GPS: Nos metieron por la D2187, lo cual significa que aunque hicimos 5km menos, al final recorrimos casi 40 por barro.
- No os fiéis de que un resort caro tenga las carreteras asfaltadas o limpias: lo que encontramos fueron los mismos caminos de barro pero con charcos más anchos. Otro día entero con el 4x4 puesto...
- Tardamos 2 horas y 45 minutos en llegar, y conduciendo lo más rápido que podíamos. Sólo os digo que vimos un grupo de unas 8 jirafas por Erindi y ni paramos...
La tribu de los San
En fin. A las 10:35 llegamos a Erindi, donde casi me bajo en marcha, porque teníamos una excursión reservada a las 10:30 y claramente llegábamos tarde.
Me hace firmar una hoja en la que vienen las normas de la reserva natural, en la que básicamente se desresponsabilizan de cualquier percance que pueda ocurrirte,y todo muy a carreras, nos dicen que subamos a un jeep que en 3 minutos nos deja al lado de otro jeep, aparcado junto a un poblado bosquimano, nuestra visita de hoy.
Atendemos a las explicaciones del guía, que traduce lo que nos cuentan diferentes personas de la tribu san.
Realmente la estructura de la visita es similar a la que hicimos con los Damara: hierbas medicinales, construcción de diferentes utensilios, hacer fuego...
En todo el mundo quedan unos 100.000 bosquimanos, que es como se conoce a los integrantes de la tribu san. En Namibia se encuentran unos 30.000.
Son nómadas (cazadores-recolectores) y viven en una especie de simbiosis en la reserva de Erindi: ellos les dejan estar en la reserva y les proporcionan un ambiente seguro en el que vivir, y los san permiten esas visitas (cuyos beneficios quiero pensar que se reparten a partes iguales) y les ayudan en los safaris, rastreando animales.
El broche de la visita fue el momento en el que con ramas y una soga hecha por ellos, construyeron una pequeña trampa en el suelo para cazar aves.
En un intento de demostrarnos la eficacia de dicha trampa, uno de los bosquimanos empezó a piar como un pájaro y escarbar por la hierba, hasta que se acercó a la trampa, donde, al ir a pisar... se desmontó y no funcionó.
Su cara de "eh, tío, que esto... no ha funcionado" |
Es lo que tiene el directo, que no siempre sale como esperas.
La visita mereció la pena totalmente.
Reserva privada de Erindi
Regresamos ya al hotel, donde nos indican que hasta las 14 no nos pueden dar la habitación (y son las 11:30). Nos invitan a sentarnos en el restaurante aunque no comamos, por pasar el tiempo.
Preferimos ir a la caravana, porque aún tenemos que cerrar las maletas, limpiar un poco el interior, y hacernos unos bocadillos... aun así nos sobra un montón de tiempo y nos sentamos en la terraza del restaurante, viendo la charca de la reserva.
Esta charca son más bien unos cuantos socavones grandes, con una única luz, en la que hay hipopótamos, cocodrilos y algún pajarillo.
Desde luego, ni punto de comparación con Okaukuejo.
Sentados conocemos a un español (los primeros españoles que vemos en todo el recorrido) que, al contarnos su viaje (22 días por Namibia, con toda la calma del mundo, quedándose 3 días en Deadvlei, 2 en Luderitz, 2 en Erindi... y así) me hace darme cuenta de lo que nos ha aguado este viaje: las prisas.
Llevamos siete días yendo con prisas a todos sitios (realmente 6, porque el día que fuimos a Namutoni fue genial).
Y esa sensación de tener que correr para poder llegar, es algo que no nos gusta.
A las 14 nos dan la habitación: es la más básica, y aun así nos ha costado un montón... ha sido el capricho de nuestro viaje, aunque aquí parece que la gente se aloja en este tipo de hoteles día sí y día también.
Claramente hay dos Áfricas: el África pija, de "pago y tengo hotelazos y me lo dan todo hecho", y el África de "búscate la vida, viaja por tu cuenta".
Me diréis que eso lo hay en todos sitios, pero he dormido en hoteles de 5 estrellas en Asia tras alojarme en guesthouses, y nunca he notado tanta "diferencia de clases" como estando en Erindi.
A lo que iba. Que la habitación está bien, sin llegar a ser nada del otro mundo. Incluye desayuno y cena buffet, que son bastante justas a mi parecer. Y a la 15:30 se puede tomar té y comer pasteles, también gratis.
Por la tarde nos fuimos de safari, pero eso es otra historia.
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