Sé que Malta tiene muchas (muchisimas) cosas para ver, pero cuando visité este pequeño país, eran mis vacaciones de verano, así que tampoco lo aproveché a tope.... pero descansé, que también era importante.

Las fechas del viaje fueron del 27 de junio (que salía el avión a las 23.... vueling...), hasta el 4 de julio (que salía el avión el día 5 a las 2 de la mañana...otro vueling...qué horarios!!)

Después de un viaje con retraso (repito: es vueling), llegamos a Malta a las 2 AM. Nada mas recoger la maleta (que al menos salió pronto), nos encontramos con nuestro chófer del hotel justo en la puerta (contratamos el traslado con el hotel por 20 euros); no apetecía andar buscando taxis a esas horas, y autobuses no había. El hombre, aparte de hablar inglés (y por supuesto maltés), hablaba italiano.

El clima, húmedo. No deja de ser una isla...

Llegamos a nuestro hotel, Bayview Hotel and Apartments, donde habíamos reservado un apartamento de un dormitorio; hacemos el checkin y nos dan una habitación en un edificio 3 calles más abajo. Eso sí, podemos hacer uso de las instalaciones del hotel sin ningún cargo adicional.

Llegamos a nuestro apartamento. La primera impresión es "cutre". Una cocina vieja eléctrica del año la polca, frigorífico, sofá-cama, habitación con dos camas, un baño relativamente grande con una lavadora oxidada y humedades en el techo, marcando los sitios donde están las vigas.

Qué decepción... Al día siguiente, ya con luz, el alojamiento cambió bastante. La habitación es grande y cuidada, el frigo y el micro están muy bien, hay utensilios de cocina, la terraza es más grande que el salón (estamos en la última planta) y el baño..... total, la lavadora no la vamos a utilizar, y el techo no creo que se caiga. Así que bien. Además, hay aire acondicionado (muy necesario).

Tiene sus ventajas reservar un alojamiento de este tipo, ya que al no haber nada que hacer pasarás más tiempo visitando el país. Si me preguntan si volvería al mismo hotel....repetiría. Fue más que suficiente para lo que lo utilizamos.


Al día siguiente, después de desayunar y deshacer la maleta, me acerco al hotel a preguntar que cómo se llega a La Valleta, la capital del país. Para ir, cualquier bus que pase en esa dirección. Para volver, el 62 y el 68.


Nos  ponemos en la parada, y al cabo de 6 o 7 minutos aparece un autobús viejiiiiiiiiiiiiiiiisisisisimo. Subimos y..... es cierto todo lo que leí: tienen una cuerda que atraviesa todo el autobús y está unido con una campana encima de la cabeza del conductor, y si quieres parar, tienes que tirar de la cuerda para que suene!!!! Alucinante pero totalmente cierto.


Ah, por cierto, sí, están locos estos conductores malteses. Tras un viaje de unos 10 minutos, llegamos a la Fuente de Tritón, en la Valleta, rotonda donde aparcan todos los autobuses de Malta, ya que todos pasan por la Valleta. Hacemos unas fotos y nos metemos en el Sunday Market, mercadillo que está a la derecha (si te pones mirando a la entrada de la Valleta). Un mercadillo más, nada que destacar.                  


Nos cansamos rápido del mercadillo, así que decidimos entrar en la Valleta. De camino, pasamos por la información de los buses, y como queríamos coger un pase para 7 días, preguntamos y nos dijeron que se les compra a los conductores. Vale, me acerco a uno... “hi, i'd like a 7 days ticket”. “Not me”. “....sorry?” “no, not me”. Qué hostilidad... no nos lo vendió así que nos fuimos.

Lo siguiente que hicimos fue pasar a través de la gran entrada de la Valleta, y entrar en la oficina de turismo a por información. Cogemos folletos de todo, y preguntamos por los 7 days bus tickets. Que los vendían los conductores. Pero si no nos lo vende!! Bueno, pues probad con otro. Qué simpáticos estos malteses oye...


Empezamos a caminar por la calle principal, Republika Street, la cual estaba repleta de turistas, increíble la gran cantidad que había. Hicimos un amago de entrar en el museo de arquitectura pensando que era gratis (ilusos...), y luego fuimos a la Cocatedral de San Juan, gratis por haber misa.....



Decir que todo en la Valleta está cerca. Hay calles bastante empinadas; id preparados. La Valleta es para dar un paseo, poco a poco, disfrutando cada minuto. No merece la pena darse la paliza a correr (y menos con el calor que hacía).

Pregunta sin respuesta 1: por qué resbalan tanto todas las aceras?

Seguimos callejeando, dirección al fuerte Sant Elmo. La ciudad está toda preparada para las fiestas, que son al dia siguiente (San Peter creo).


Tras varias rampas conseguimos llegar al fuerte. Disfrutamos de las vistas, descansamos un poco, y, siguiente destino, marcado por la señora de informacionyturismo: Lower Barraca Gardens. Caminamos, bajo un sol justiciero, buscando continuamente la sombra. Debo decir que creía que haría mucho más calor, pero el viento es fresquito y se agradece muchísimo.

Los jardines son preciosos. Estuvimos una media hora a la sombra descansando y mirando las 3 ciudades, una vista maravillosa.


A esas horas ya (las 13, llevábamos apenas 2 horas en la Valleta, y parecía que lleváramos todo el día), empezamos a buscar un sitio para comer, dirección Upper Barraca Gardens. Total, que llegamos a los jardines y no habíamos encontrado ningún sitio para comer aun. Los "upper jardines" no están mal, son mas grandes y mas altos....pero a mi me gustaron millones de veces más los "lower jardines".


Llegados a este punto, decidimos ir a una trattoria que recomendaban en la guía azul, a unos 10 minutos... y cuando llegamos resulta que no existe. Vaya.... pues nada, ¿volvemos al sitio ese del conejo al lado de la catedral? Venga, va...... volvemos, y comemos: filete inglés con patatas cocidas y macarrones a la bolognesa. 13 euros. Con agua incluida, no está mal....


Desde ahí, decidimos volver al hotel, a dejar las cosas, descansar algo y marchar a la playa un rato. ¿Qué autobús cogemos? Ah si, el 62 o 67. Vemos el 62.... “hola, to Sliema?”. “nono, el de al lado”. Vamos al de al lado..... pero si es el 68! Sacamos plano. “hola, para aquí? (señalando al hotel)”. Si. Ok, pues vamos.

Nos ponemos ropa apropiada para la playa, metemos todo lo necesario en la mochila, y vamos hacia el hotel para preguntar por una playa cercana en Sliema. ¿Playa?

"Seguid el paseo marítimo, en 10 minutos llegaréis a una playa de piedras". Pues nada, nos ponemos a caminar, pasamos por delante de los barcos del Capitán Morgan, nos informamos para coger mañana uno, y caminamos, caminamos.... y tras más de veinte minutos andando no hemos visto ningún punto medianamente accesible al mar.


Pregunta sin respuesta 2: por qué hace tanto viento? Pensaba que sería cuestión de un día, pero no, es siempre así

Cambiamos la playa por la piscina del hotel, en el séptimo piso, en la azotea. Es muy pequeña, pero suficiente para refrescarse un poco. Tiene también otra climatizada (que ahora en verano no lo está), y tumbonas. 

Ah, se me ha olvidado comentar que al lado del hotel hay una tienducha siempre abierta que vende desde ventiladores hasta dentífrico. Nos sirve para comprar azúcar, champú y leche.... nos sorprende mucho que todas las marcas y comentarios de los productos estén en español. Si venden la marca “Lagarto” de lavavajillas!!!

Así que nada. Después de la piscina y la compra, volvemos al apartamento. Un día cansado... Ducha, cena, televisión en italiano e ingles y a dormir, que mañana madrugamos.

Pregunta sin respuesta 3: ¿Por qué hay tantos barcos y yates? ¿Es que todo el mundo es rico en Malta? Yo también quiero uno.