Tailandia, 5 de Julio (jueves?)
de 2012: Bangkok
Estuvimos viendo las orillas del Chao Praya, río bastante ancho y de agua marrón. Al rato pasa una señora con un cilindro lleno de monedas agitando, para pagar. Son 15 thb por persona independientemente de a dónde vayas.
La entrada al Palacio Real son 400 thb, mapa incluido.
El palacio es bonito y grande, pero no se parece en nada a los palacios que había visto hasta entonces. Es muy bonito, muy nuevo... cuando creo que debería ser más viejo. Todas las estancias parecen pequeñas y nada funcionales. No me imagino ese Palacio habitado, con gente caminando por allí y haciendo vida.
Eso sí, es una visita imprescindible. Estuvimos dos horas visitándolo y haciendo fotos.
Nos tocó descalzarnos para acceder a algunos de los templos, vimos unos cuantos gatos, 4 chedis increíbles, dimos vueltas, más vueltas… todo buscando el famoso buda reclinado, hasta que por fin lo encontramos. Es un buda de oro o al menos dorado, que esta tumbado, y dios mio, parece Alicia en el País de las Maravillas en su fase de gigante: es enorme! Luego hicimos el ritual de coger un cazo lleno de céntimos e ir echando de uno en uno en las cazuelitas que hay a lo largo de la pared del templo de detrás del buda, que serían no sé, unos 100 cazos…. Salimos y gracias a dios (o a buda) delante vemos un tenderete “Free water!”. Oooooh…. Habíamos bebido ya dos botellas de agua cada una, de medio litro y otra de 300, y nos daban otra mas de 300…. Maravilloso, nos moríamos de sed. Un calor! Pero vamos, podría acostumbrarme sin problemas.
Eran las 13 y el sol pegaba de plano…. Así que decidimos volver a comer al hotel y luego ya veríamos que hacer. Recruzamos al otro lado, esperamos un rato largo el barco de bandera naranja hasta que llega y montamos. Y a la altura de Chinatown vemos un restaurante con buena pinta para comer, así que cambiamos de planes y bajamos. Nos acercamos a preguntar y resulta que sólo dan cenas, nada de comidas. Bien, estamos en medio de Chinatown a las 13:30… pues venga, algún sitio habrá aquí para comer. En mi guía aparecen dos chinos que pueden ser pasables… empezamos a esquivar puestos callejeros de comida y ropa/baratijas chinas, y tras un rato llegamos a la calle donde parece que están los restaurantes. Caminamos y llegamos al primero. Son las 14. Entramos. Un restaurante pequeñito, todos asiáticos y nosotras. No está mal. Por 11 euros comimos.
Estamos en Chinatown, asi que hay que callejear! Puestos de todo, la gente con las carretillas, cargando cajas, motos por el medio de la callejuela y la gente apartándose para no morir atropellados… íbamos en dirección al Wat Traimit, que cerraban a las 17, y es un templo que está al final de Chinatown.
Llegamos por fin, 50 thb la entrada simple. Subimos dos pisos y arriba vemos lo que íbamos buscando, un buda enorme de oro macizo. Unos sistemas de seguridad en las puertas que ni el Banco Santander. Entrar descalzos.
Salimos y el plan era coger un taxi para ir al Golden Mount, que ayer no pudimos hacerlo. Pero nos asalta un tuktukero. Y yo nunca había montado en tuktuk. 120 thb. Directo, sin paradas. “mira, que te llevo a ver a mi sponsor y…”. “No. 120 o me cojo un taxi, que es más barato”. “No paradas?” “No paradas”. “Pues ale, pa'rriba”. Y, guau! Molan los tuktuks.
Llegamos al Golden Mount y estábamos solos. No entiendo qué es esto. Es como una montaña, que tienes que subir por unas escaleras que le van rodeando, y arriba hay como un tenderete donde venden recuerdos, un par de campanas, y nada más. Ves Bangkok eso sí, muy bonita la panorámica. Subimos un montón de escaleras, bajamos un montón de escaleras… y ya.
Y de ahí, al MBK, a comprar algo de cena, volvemos al hotel, cena en el restaurante de la décima planta viendo anochecer.
Salimos del hotel poco antes de las nueve menos cuarto. Cogemos el Skytrain en la parada de Chong Nonsi (apodado "El Congelador" a
partir de ahora), 4 paradas hacia el sur, hasta Saphan Taskin, que
es la parada que conecta con el puerto. Bajamos y me intentan vender un paseo
en barca, pero no cuela. Buscamos el bote con la bandera naranja, que es el que nos llevará hasta Tha Chang, la parada del Palacio Real.
Llegamos y pregunto a una señora
si ese bote nos lleva a “Tha Chaaaang” (hablan cantando), dice
que “yes”, esperamos, y aparece una barca… ¿barca?, bueno, sí, estrecha,
alargada, muy vieja, con gente dentro…… el borde de la barca demasiado
cerca del agua para mi gusto.
Subimos a salto dentro de la barca,
ni pasarelas ni leches. Cogemos sitio ahí al lado de la barandilla. Y a
disfrutar del viaje.
Estuvimos viendo las orillas del Chao Praya, río bastante ancho y de agua marrón. Al rato pasa una señora con un cilindro lleno de monedas agitando, para pagar. Son 15 thb por persona independientemente de a dónde vayas.
Después de unos 15 minutos aproximadamente, llegamos a la
parada. Bajamos, y seguimos a los autóctonos de Bangkok, porque no te deja en
un puerto donde puedas ver la calle, no…. bajas del barco y apareces en un bar
tailandés, todo cutre y mugriento (no por ser tailandés, sino porque lo era), y sigues caminando mientras atraviesas puestecillos
y más puestecillos de comida y fruta y agua y recuerdos…. Y anda! El lateral
del palacio!
La entrada al Palacio Real son 400 thb, mapa incluido.
El palacio es bonito y grande, pero no se parece en nada a los palacios que había visto hasta entonces. Es muy bonito, muy nuevo... cuando creo que debería ser más viejo. Todas las estancias parecen pequeñas y nada funcionales. No me imagino ese Palacio habitado, con gente caminando por allí y haciendo vida.
Eso sí, es una visita imprescindible. Estuvimos dos horas visitándolo y haciendo fotos.
Después salimos en dirección al
Wat Ratchaphradit, un “pequeño templo del s. XIX donde reina la serenidad y
donde los monjes se permiten hacer la siesta entre rezo y rezo, con un chedi de
mármol gris”. Llegamos, tras evitar a unos cuantos tuktukeros, y resulta que en
el templo efectivamente reinaba la serenidad….. no había un alma, o no había un
monje, más que nada, porque estaba en obras. Así que, aparte de los obreros y
un par de perros, éramos las únicas que estábamos allí. Hicimos unas cuantas
fotos y salimos para el Wat Pho.
Llegamos a las murallas del templo, y ni idea
de dónde está la puerta, asi que pregunto a una pareja de guiris jóvenes, que
resultaron ser españoles, y con menos idea que nosotros de por dónde se entra. Fuimos rodeando juntos el palacio hasta que encontramos una entrada al Wat Pho,
pagamos unos 100 thb que costaba el ticket.
Estoy pensando que el concepto de “templo” no es como el de "iglesia" de aquí. Un Wat (templo) tailandés es una parcela rodeada por un muro bastante alto. Dentro tienes algún jardin, unos cuantos “templos” (dependiendo de lo grande que sea), y normalmente el chedi. Así que se te va un rato grande en ver el conjunto entero.
Estoy pensando que el concepto de “templo” no es como el de "iglesia" de aquí. Un Wat (templo) tailandés es una parcela rodeada por un muro bastante alto. Dentro tienes algún jardin, unos cuantos “templos” (dependiendo de lo grande que sea), y normalmente el chedi. Así que se te va un rato grande en ver el conjunto entero.
Nos tocó descalzarnos para acceder a algunos de los templos, vimos unos cuantos gatos, 4 chedis increíbles, dimos vueltas, más vueltas… todo buscando el famoso buda reclinado, hasta que por fin lo encontramos. Es un buda de oro o al menos dorado, que esta tumbado, y dios mio, parece Alicia en el País de las Maravillas en su fase de gigante: es enorme! Luego hicimos el ritual de coger un cazo lleno de céntimos e ir echando de uno en uno en las cazuelitas que hay a lo largo de la pared del templo de detrás del buda, que serían no sé, unos 100 cazos…. Salimos y gracias a dios (o a buda) delante vemos un tenderete “Free water!”. Oooooh…. Habíamos bebido ya dos botellas de agua cada una, de medio litro y otra de 300, y nos daban otra mas de 300…. Maravilloso, nos moríamos de sed. Un calor! Pero vamos, podría acostumbrarme sin problemas.
Salimos y vamos en dirección a la parada del río Tha Chien, para cruzarlo hacia el Wat Arun. Este cruce son 3 thb (lo
han subido un 50%!), así que nada, montamos, cruzamos, bajamos, y pagamos unos
50 thb para entrar al templo. Este es diferente, es como una
especie de pirámide. Se puede subir hasta la mitad, unos escalones
mortales, subimos, lo rodeamos por arriba y bajamos.
Eran las 13 y el sol pegaba de plano…. Así que decidimos volver a comer al hotel y luego ya veríamos que hacer. Recruzamos al otro lado, esperamos un rato largo el barco de bandera naranja hasta que llega y montamos. Y a la altura de Chinatown vemos un restaurante con buena pinta para comer, así que cambiamos de planes y bajamos. Nos acercamos a preguntar y resulta que sólo dan cenas, nada de comidas. Bien, estamos en medio de Chinatown a las 13:30… pues venga, algún sitio habrá aquí para comer. En mi guía aparecen dos chinos que pueden ser pasables… empezamos a esquivar puestos callejeros de comida y ropa/baratijas chinas, y tras un rato llegamos a la calle donde parece que están los restaurantes. Caminamos y llegamos al primero. Son las 14. Entramos. Un restaurante pequeñito, todos asiáticos y nosotras. No está mal. Por 11 euros comimos.
Estamos en Chinatown, asi que hay que callejear! Puestos de todo, la gente con las carretillas, cargando cajas, motos por el medio de la callejuela y la gente apartándose para no morir atropellados… íbamos en dirección al Wat Traimit, que cerraban a las 17, y es un templo que está al final de Chinatown.
Llegamos por fin, 50 thb la entrada simple. Subimos dos pisos y arriba vemos lo que íbamos buscando, un buda enorme de oro macizo. Unos sistemas de seguridad en las puertas que ni el Banco Santander. Entrar descalzos.
Salimos y el plan era coger un taxi para ir al Golden Mount, que ayer no pudimos hacerlo. Pero nos asalta un tuktukero. Y yo nunca había montado en tuktuk. 120 thb. Directo, sin paradas. “mira, que te llevo a ver a mi sponsor y…”. “No. 120 o me cojo un taxi, que es más barato”. “No paradas?” “No paradas”. “Pues ale, pa'rriba”. Y, guau! Molan los tuktuks.
Llegamos al Golden Mount y estábamos solos. No entiendo qué es esto. Es como una montaña, que tienes que subir por unas escaleras que le van rodeando, y arriba hay como un tenderete donde venden recuerdos, un par de campanas, y nada más. Ves Bangkok eso sí, muy bonita la panorámica. Subimos un montón de escaleras, bajamos un montón de escaleras… y ya.
El cielo amenazaba lluvia, con unos nubarrones negros; decidimos coger una barca que discurre por un Klong (canal) interno para llegar hasta el MBK. En la barca... todo tailandeses. Casi me llevo un par de cuerdas que había por medio de la barca al entrar. Un salto encima del asiento y estoy dentro, por 10 thb. Nos sentamos, estoy preparada para ver el paisaje.. y resulta que suben unos toldos azules en vertical por los laterales, para quedar totalmente cubiertos y así evitar calarte con las salpicaduras del río.
Llegamos a nuestra parada y bajamos
Y de ahí, al MBK, a comprar algo de cena, volvemos al hotel, cena en el restaurante de la décima planta viendo anochecer.
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