Martes 09 de Julio de 2013: Bagan
Un poco antes de las 9:30 estábamos saliendo del hotel al encuentro de
Wanna, que hoy nos llevaba al monte Popa.
El monte Popa es el hogar de los 37 nats o espíritus de Birmania. Se
encuentra ubicado en un volcán extinto de 1500 m sobre el nivel del mar.
Pero, antes del monte, paramos en un lateral de la carretera, en una
especie de fábrica de azúcar y whisky, hecho con la pulpa de los cocos hembra
de las palmeras. Lo más interesante fue ver el molino con tracción animal y la
planta de los cacahuetes. Que los cacahuetes salen de debajo de la tierra! No,
yo no lo sabía. Lo siento.
Los cacahuetes! |
Probamos algunas de las cosas que hacían allí, azúcares de distinto
tipo, otra que conseguían del zumo (resina más bien) que goteaba de lo alto de
unas palmeras, etc.
Después de una hora y algo en coche, llegamos al monte. Wanna nos dejó
en la entrada, y nos dispusimos a subir.
Yo ya iba algo asustada con el tema monos… desde que dije que quería
ir, toda convencida de que no era para tanto, la gente empezó a decirme “esos
monos son muy malos, están por todas partes, y como lleves algo en las manos o
en la cabeza te lo quitan. Y se tiran piedras entre ellos y alguna te puede dar”.
No sé, yo intentaba no imaginarme a los monos lanzándonos calderos de aceite
hirviendo desde las piedras, seguro que no es para tanto…
Pero ay, cuando llegué allí….. cantidad de monos, que a mis ojos eran
monos asesinos esperando el momento justo para saltar encima de ti. Y yo tenía
por delante 777 escalones de subida y otros tantos de bajada. Y además no había
casi gente en el recorrido, porque piensas “bueno, al menos si hay más gente te
parapetas detrás de alguien, cobarde pero eficazmente”. Pues no.
Empezamos a subir, una detrás de la otra. Y veo un mono en nuestro
camino, a la derecha. “Ese mono me mira”. “Que no, no le mires que no te hará
nada”. “Ese mono se acerca”. “Que no, que va por su camino y tu por el tuyo”.
Y de pronto noto una mano en mi pierna, en el gemelo. “AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!
MONOMONOMONOMONO!!! ME HA AGARRADO EL PANTALOOOOOOOOOOOOOOON!!”
Y miro y efectivamente, el monito ahí agarrándome el pantalón con cara
de poker.
Salieron un par de chicas que estaban sentadas en el descanso de la
escalera con un par de palos a ahuyentar el mono.
700 escaleras de subida y 777 de bajada temblando. No quiero pensar en
las agujetas de mañana.
Hordas de monos asesinos |
Las vistas son bonitas, pero tampoco es para tanto. Al menos hacía
viento, y arriba se estaba de lujo. Es un centro de culto birmano y por eso
fuimos. Pero… una y no más.
Lo que hay arriba. Y lo que no hay son monos. |
Saliendo de allí paramos a comer en un restaurante, arroz frito con
verduras y pollo, otra vez. En esta ocasión también había huevo. Eso, y el
agua, 3 euros.
En el camino de vuelta pasamos por un mercado de un pueblo, y paramos
también a dar algún paseo. Compré una botellita con unas flores naranjas dentro
y agua. Son ofrendas que se hacen en los templos. Huele genial. Y estuvimos
hablando un poco con una mujer y su niño pequeño, más rico….
De ahí, al hotel.
Por la tarde no hemos hecho nada interesante: cogimos el mapa de New
Bagan y fuimos a un punto donde indicaba que hay un monasterio… mentira. Son 4
pagodas, una de ellas semiderruida. Por el camino de vuelta vimos alguna más, y
luego al lado del hotel hay otras 4 o 5 más. Normaluchas.
Ah, también hemos descubierto un supermercado donde venden pan de
molde, que empieza a escasearnos. Por cierto, ¿he dicho que dos rebanadas de
pan de molde de aquí pesan como el paquete entero pequeño de Bimbo español?
Saliendo del trabajo. Metro hora punta en Madrid. |
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