Sábado 02 de Julio de
2014 – Bali.
BUAH. Qué pasada de
día.
El desayuno de hoy no ha estado mal: había unas
tostadas, algun bollito y luego todo comida asiática, pero bueno, para comer
dos tostadas con mantequilla, mermelada y el té, no está mal.
A las 8:30 hacemos el
checkout y aparece nuestro guía, Oka. Balinés hablando
español, muy majo.
Una hora en llegar al
primer destino, y eso que había tráfico fluido… no eran ni 30 km. Qué
isla.
El primer sitio al
que vamos es a Klungkung (12mil INR por persona, 1 euro son15mil rupias). Este formó parte del palacio real
cuando había rey. Después se estuvo usando de palacio de justicia (vemos la mesa donde se juzgaba a la gente, con 3 sillas a cada lado: 3 para los consejeros, dos para los
sacerdotes y una para el rey).
El techo del bale de
justicia (pabellón con columnas y techo únicamente) está todo decorado con unas
pinturas mostrando parte de la historia Bhima Swarga, que fue incorporada a la
tradición balinesa desde el Mahabbarata.
Oka nos explica unas cuantas imágenes relacionados
con los castigos que recibes en el infierno si has pecado durante tu vida, en
plan: si no te quieres casar y mueres soltero/a, te tocará estar bajo un árbol
en el que las hojas, cuando caen, se convierten en cuchillos. Al menos solo es
un tiempo, hasta que te reencarnes…
A los corruptos los quemaban |
Estuvimos también
viendo el pabellón flotante y un pequeño museo. Coincidimos con dos parejas en
reportaje fotográfico de boda. Muy guapos.
Luego fuimos a Goa
Lawah (6mil por persona), la cueva de los murciélagos. Es uno de los 9 templos principales de Bali.
Se dice que en Bali hay 9 puntos cardinales, cada uno relacionado con uno de
esos 9 templos. Este es uno de ellos.
Nada más bajar tengo
a 3 niños a la puerta. Hellooooo hellooooooooo. Más majos. Estuvieron revoloteando a mi alrededor, así que les hice una foto.
Aprendí a decir “Gracias”, aunque es igual
que en malayo (de hecho aquí aparte de balinés se habla bahasa indonesio, y
bahasa es malayo). “Terima Kasih”. Se responde “Sama sama”.
Es un recinto en el
que la parte principal se encuentra a la entrada de una cueva, en la que se
arremolinan bastantes murciélagos.
Cuenta la leyenda que la cueva se adentra
unos 30 km hacia el interior, hasta llegar al Templo Madre Besakih, y que en
ella vive una serpiente gigante con aspecto de dragón denominada Basuki que se
alimenta de los murciélagos. Prubines.
El siguiente punto
fue el saladero de Kusamba (3mil por persona de donativo). Este es un
pueblecito así pequeño, al lado del mar, y nos acercamos hasta la playa (de
arena negra volcánica) donde había mucha gente descargando las pequeñas jukung
(barcas de pesca) que llegaban después de una noche de trabajo. Llenas de
caballas.
Estuvimos viendo un
rato el trabajo, y también una pequeña ceremonia que estaban realizando al mar
un grupo de gente, con música y demás. Gamelán se llama la música típica
balinesa.
Después entramos en
el saladero. Son un montón de pequeños huecos con hogueras para calentar “fregaderos”
con agua donde meten el pescado en la fase final de salación. Primero lo
congelan un día.
Después lo sacan y con un cuchillo (o un hacha) separan un
pescado del otro.
Luego le echan sal. Luego lo hierven en los cestos. Y ya está
salado.
Son todo mujeres lo
que trabaja allí. Una humareda impresionante, es como vivir en
un incendio continuo.
De ahí marchamos al
pueblo de Tenganan (donativo). Es un pueblo endogámico antiguo, de una de
las tribus que habitaban en la isla antes de que llegaran los indonesios (y demás)
a poblarla. Además entierran a su gente (lo cual ya es raro) boca abajo y con la cabeza en dirección al mar.
Tengo mi primer
encuentro con los perros: son tranquilos. No te hacen ni caso.
También tengo mi
primer encuentro con los gallos de colores (fucsias, amarillos…. Pobres). Y una
pequeña trifulca entre gallinas. El pueblo está bien, pero no tiene mucho que
ver.
Nos vamos a
Tirtagangga, donde llegaríamos sobre la una del mediodía pasadas.
Tirtagangga son los
baños del rey. Donde iba a bañarse cuando aún reinaba. Y digo yo que no creo que
se bañara muy a menudo, porque está a casi tres cuartos de hora de su palacio,
yendo en coche.
Actualmente una de
las piscinas está habilitada para el baño de los balineses. Creo que hay otra
para los extranjeros, pero no me ha quedado claro. El ambiente es precioso y
muy refrescante.
Estamos un rato largo, y luego Oka nos dice que nos va a
llevar a comer a un restaurante con unas vistas muy bonitas. Tardamos más de una hora en llegar al
restaurante, hasta las 15:30 no nos sentamos a comer, y solo tenemos media
hora, porque aún nos queda mucho camino.
Llegamos
al restaurante que se llama Mahagiri. Tiene unas vistas muy bonitas a un valle lleno
de arrozales. Es buffet libre y pagamos 80mil cada uno, más 25mil del agua.
Comemos en 35 minutos, casi corriendo, y nos vamos al último punto de la
excursión: el Templo Madre, o Besakih.
Vistas desde el restaurante |
Este templo, además
de tener una parte pública, tiene luego 26 recintos cerrados siendo cada uno de
ellos un nuevo templo completo. Cada uno de los 26 templos pertenece a una
“familia” de Bali, es decir, a sus ancestros. Así que casi todo balinés tiene
su propio templo.
Besakih se encuentra
en la cintura del volcán Agung, el más alto de todo Bali, con 3142 metros. El
templo está a 2000 y algo.
Es enorme, además con
muchas escaleras y pasillos. Y hay multitud de gente haciendo ofrendas,
ceremonias, peregrinaciones, etc. Hace años, este era un punto de obligada
peregrinación anual. Ahora la gente ya no va tanto, y aun así está lleno.
La carretera
podríamos decir que es de montaña pero con palmeras y plataneros (y ficus y
árboles varios).
Después de ver el
templo, volvemos camino a Ubud. He notado que uno de los principales problemas
de esta isla en cuanto a carreteras es que solo hay una para ir y la misma para
volver. Es decir, para ir a Besakih casi hemos tenido que volver a nuestro
punto de partida, Klungkung. Hora y media largas en llegar.
Ha sido una gran idea contar con Oka para hacer este recorrido. Las distancias han sido largas pero las hemos amenizado con muchas conversaciones, en español fluido, y con chistes y anécdotas. Y visitar los lugares con alguien que te cuenta la historia y que te hace sentir como en casa es algo a tener muy en cuenta.
Besakih |
Al llegar, hemos
conseguido cambiar dinero. Luego hemos llegado, ya de noche, al hotel, Ubud Padi Villas. Hay que esperar al
lado de la carretera, y viene un boogie de estos de golf a buscarte. En dos
minutos te presentas en recepción. Nos reciben genial y nos enseña la habitación, y es una gozada.
Además nos da dos bebidas raras (té, jengibre, lima, menta, tónica y no sé qué
más), nos pregunta por el desayuno de mañana, nos dice que lo del coche mañana
lo hablamos, luego nos intenta arreglar el wifi (que no va)… sus palabras han
sido “esto no es un hotel, esto es un hogar”.
Habitación
(zona de cama, mesa, cargador de ipod, tele, banco para dejar maletas,
mesillas…) cerrada por puertas correderas de cristal. Delante de la cama,
jardincito con dos tumbonas, una cama balinesa y una piscina para nosotros (y
unos cuantos arbustos que no me dan mucha confianza). Por el otro lateral,
fuera, lavabo, armario con luces y dos kimonos, frigo, matamosquitos, bañera,
ducha (sin plato, porque todo el suelo del baño es de piedrecitas con unas
cuantas losas grandes para ir pisando de una a otra) y el váter. Abierto. Y
poco más.
Hemos intentado que
funcionara el wifi y luego cenado. Estamos lejísimos del centro de Ubud.
Cosas balinesas que he aprendido hoy
Boma es el hijo de
Visnu (creo). Se le llama así a su cara, la máscara, que protege de los malos
espíritus. El cuerpo entero es Barong, el de las danzas de Barong que aún no
hemos visto.
Los pañuelos de las
estatuas pueden ser de tres colores, dependiendo el dios con el que se quiera
relacionar (Shiva, Visnú o Brahma).
El dios principal es Uidi, que no tiene género ni forma. Él se presenta de tres maneras
diferentes, que son Shiva Visnú o Brahma. Cada uno tiene su templo en el
pueblo, aparte del templo publico que es para Uidi.
Las casas tienen una
entrada y justo después un muro para impedir que pasen los malos espíritus,
dado que estos solo saben andar en línea recta. Entran en la casa, se chocan
con el muro, y vuelven hacia atrás.
Tanto Barong como
Ranjda representan el bien (Barong) y el mal (caos, enfermedad y daño). Realizan
una danza en la que luchan pero ninguno de ellos gana, ni tampoco pierde. Son
como el Ying y el Yang.
Las puertas pueden
acabar de dos maneras diferentes: cerradas, simbolizando el cierre con el volcán,
o abiertas, simbolizando la montaña dividida en fuerzas positivas y negativas.
Para rezar, juntan
las manos 5 veces (cada vez con un pétalo de flor distinto entre las manos):
una para hacer ofrendas, 3 por cada dios, y otra para dar gracias.
Las ofrendas, después
de hacerlas, se comen. Las que se hacen a los malos espíritus se ponen en el
suelo.
El incienso se usa para
comunicar la tierra con los dioses.
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