Viernes 01 de Agosto
de 2014 – Traslados Perhentian – Kuala Lumpur – Bali
Toca madrugar
para poder llegar al avión. A las ocho de la mañana estamos montando en una
barquita, maletas al hombro y pantalones remangados, porque sí, hay que meterse
en el agua para llegar a la barca que te saca de la isla.
Subimos 4 personas y las
maletas, y nos llevan al medio del mar. Ahí nos cambian a un
bote lleno de malasios, con nuestras maletas también, y ponemos rumbo opuesto
al nuestro. Bueno, que no cunda el pánico. Le hemos dicho al barquero que
tenemos el avión a las 11:30 (realmente es a las 12). Va hacia el PIR y deja a
todos los malasios. Así que quedamos nosotros y dos barqueros. Ahora cambiamos
el rumbo y vamos hacia Kuala Besut, pero paramos en Fisherman’s village porque
tenemos que recoger a gente. O no. Que ya se han ido todos.
Pues… si una barca llena de gente bota mucho, con cuatro personas únicamente sentadas atrás, ni te cuento. Llegamos a la media hora, habiendo apalabrado con el barquero un taxi al aeropuerto de Kota Bahru por 70 RM. Así que de lujo.
Al llegar al taxi me
encuentro que tenemos un compa más de viaje. Un hombre de unos 60 años. Que él
paga 30, y nosotros 30 cada uno. Muy raro. Pero pagamos menos de lo
establecido, aunque el taxista se gana un pastón. En fin.
En una hora llegamos
al aeropuerto. Hacemos el checkin y paseamos un poco. No mucho, porque no
tardamos en embarcar. En menos de una hora estamos llegando al KLIA2.
Nada más salir vemos
un Old Town. Y es la hora de comer. Pido arroz hervido con pollo troceado.
Porque no es spicy. No. APENAS.
La botella de agua me
la termino en nada. Y sin probar el pollo casi. Después, hacemos algo de tiempo
en un Starbucks.
Pasamos el control y
empezamos la peregrinación de cuarto de hora hasta la puerta de embarque.
Nos montamos en el
avión, que tarda 3 horas hasta Bali.
Llegamos a Denpasar y
salimos bastante rápido. Tenemos que hacer la visa y suele haber cola. Lo que
nos encontramos son DOS colas: una para pagar los 29 euros del visado, y la
otra para hacer el visado. Una hora y 25 minutos tardamos.
Al menos nada más
salir teníamos esperando a nuestro transporte al hotel (que dijo que esperaría
una hora y media). En 10 minutos llegamos. Un hombre superamable y sonriente,
que en el coche nos pone música balinesa. Esto es totalmente diferente a
Malasia.
Llegamos al Quest
Hotel Kuta a las once menos cuarto. Check in, un poco de cena, contactar con la
familia y a dormir.
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