Sábado 22 de
Agosto: Cat Ba y vuelo a Saigon
Hoy toca también día de traslados, pero hasta las 14 no sale el barco que nos lleva a Haiphong.
Después de desayunar preguntamos en recepción el precio de un taxi hasta Cannon Fort, un fuerte que construyeron los japoneses en la segunda guerra mundial, que después usaron los franceses en las guerras de indochina y luego los vietnamitas en la guerra de Vietnam.
Nos dijeron que 300.000 dongs, pero nos pareció mucho, así que decidimos simplemente dar un paseo hacia la playa.
Por la calle nos ofrecieron un taxi, y regateando un poco conseguimos, por 200.000 dongs, que nos llevara, esperara, y trajera de vuelta.
La entrada son creo que 20.000 dongs.
El fuerte en sí no tiene nada. Mucha vegetación, muchos bichos (que son muy pacíficos... aquí en España las avispas y demás insectos volantes te sobrevuelan insistentemente, y sin embargo en Vietnam simplemente pasan zumbando y se van).
Hay un par de cañones, algunos lugares en donde guardaban la artillería, y una casa.
Lo mejor, las vistas (estamos a casi 180 metros sobre el nivel del mar).
En una hora hemos subido, visto el fuerte, y bajado.
Yo me encamino a la playa, a Cat Co 1, la que está al lado del hotel Cat Ba Island Resort. Es pequeñita y hay gente bañándose. Si hubiera tenido el traje de baño puesto, me habría metido, apetecía un montón.
Hoy toca también día de traslados, pero hasta las 14 no sale el barco que nos lleva a Haiphong.
Después de desayunar preguntamos en recepción el precio de un taxi hasta Cannon Fort, un fuerte que construyeron los japoneses en la segunda guerra mundial, que después usaron los franceses en las guerras de indochina y luego los vietnamitas en la guerra de Vietnam.
Nos dijeron que 300.000 dongs, pero nos pareció mucho, así que decidimos simplemente dar un paseo hacia la playa.
Por la calle nos ofrecieron un taxi, y regateando un poco conseguimos, por 200.000 dongs, que nos llevara, esperara, y trajera de vuelta.
La entrada son creo que 20.000 dongs.
El fuerte en sí no tiene nada. Mucha vegetación, muchos bichos (que son muy pacíficos... aquí en España las avispas y demás insectos volantes te sobrevuelan insistentemente, y sin embargo en Vietnam simplemente pasan zumbando y se van).
En una hora hemos subido, visto el fuerte, y bajado.
Yo me encamino a la playa, a Cat Co 1, la que está al lado del hotel Cat Ba Island Resort. Es pequeñita y hay gente bañándose. Si hubiera tenido el traje de baño puesto, me habría metido, apetecía un montón.
Hacemos el checkout y nos vamos a dar un paseo por las dos calles del pueblo, haciendo tiempo para comer, en el mismo lugar de antes de ayer.
Por cierto, que en las agencias venden billetes de tren y la imagen de tren que ponen es la del ave de España... igualito al tren de las cucarachas.
Hemos notado que cada vez que llega un barco, se bajan de él un montón de vietnamitas todos vestidos igual. Pensábamos que sería algún tipo de concentración deportiva o similar, pero no, resulta que es sábado y los vietnamitas vienen con paquetes turísticos a pasar el fin de semana. Además hay una celebración budista esta noche...
Tras comer volvemos al hotel a coger las maletas y nos encaminamos al muelle. Esta ocasión el barco es otro diferente, que tarda lo mismo pero cuesta 200.000 dongs únicamente.
El único "pero" es que tenemos que saltar de barco en barco cargadas con las maletas hasta que llegamos al nuestro, pero bueno.
El barco no está mal y el trayecto es mucho más tranquilo que el de la ida.
Al llegar al puerto salimos y hay muchos taxis. Elegimos uno de los verdes, que nos dan confianza, de la compañía Mai Linh, y le pregunto que si nos lleva al aeropuerto. Me hace con las manos un gesto de pajarillo volando... "sí sí, airport".
El trayecto en taxi nos cuesta 91.000 dongs, más los 10.000 del parking del aeropuerto.
Tenemos casi 3 horas y media de espera, pero coger el siguiente barco habría sido muy arriesgado. Este aeropuerto es típico asiático: una sala pequeña con unas cuantas sillas, un montón de gente, y luego un pequeño control (en el que paso una botella de agua y nadie me dice nada) que da acceso a otra sala con más sillas, y las puertas de embarque.
Por cierto, que en las agencias venden billetes de tren y la imagen de tren que ponen es la del ave de España... igualito al tren de las cucarachas.
Hemos notado que cada vez que llega un barco, se bajan de él un montón de vietnamitas todos vestidos igual. Pensábamos que sería algún tipo de concentración deportiva o similar, pero no, resulta que es sábado y los vietnamitas vienen con paquetes turísticos a pasar el fin de semana. Además hay una celebración budista esta noche...
Tras comer volvemos al hotel a coger las maletas y nos encaminamos al muelle. Esta ocasión el barco es otro diferente, que tarda lo mismo pero cuesta 200.000 dongs únicamente.
El único "pero" es que tenemos que saltar de barco en barco cargadas con las maletas hasta que llegamos al nuestro, pero bueno.
El barco no está mal y el trayecto es mucho más tranquilo que el de la ida.
Al llegar al puerto salimos y hay muchos taxis. Elegimos uno de los verdes, que nos dan confianza, de la compañía Mai Linh, y le pregunto que si nos lleva al aeropuerto. Me hace con las manos un gesto de pajarillo volando... "sí sí, airport".
El trayecto en taxi nos cuesta 91.000 dongs, más los 10.000 del parking del aeropuerto.
Tenemos casi 3 horas y media de espera, pero coger el siguiente barco habría sido muy arriesgado. Este aeropuerto es típico asiático: una sala pequeña con unas cuantas sillas, un montón de gente, y luego un pequeño control (en el que paso una botella de agua y nadie me dice nada) que da acceso a otra sala con más sillas, y las puertas de embarque.
El vuelo a Ho Chi Minh dura hora y cuarenta minutos, y es bastante movidito, aterrizaje incluido.
Al recoger las maletas, en la misma sala de las cintas, hay un stand en el que nos ofrecen un taxi por 220.000 dongs al centro. Aceptamos, nos dan un papel y salimos a por el taxi, un todoterreno enorme.
En media hora, y había bastante tráfico, llegamos al hotel, Gia Vien. La calle es estrecha y muy animada: lavanderías, agencias de excursiones, muchos restaurantes que luchan por que comas con ellos... y un circle k casi al final. También hay un par de pubs-discotecas, y siendo sábado por la noche había bastante ambiente, pero nada que no nos permitiera dormir. El viaje se va acabando...
0 Comentarios