Uno de los primeros destinos “paradisiacos” que descubrí gracias a internet fue la isla de Bali. Sería el año 2008 o 2009… y desde entonces no he dejado de seguir leyendo y buscando información sobre qué ver en Bali.
No fue hasta el año pasado (2014) cuando finalmente, y gracias a unos vuelos baratos que encontramos con la Turkish Airlines, conseguimos ir.
Viajamos por libre, que sale más económico que ir con agencia (y si quieres ver lo que nos gastamos, pincha aquí), pero supone emplear mucho tiempo decidiendo qué visitar y cómo.
Qué templos ver en Bali
Bali es conocida por otro nombre, la isla de los dioses. Que se llame así nos puede dar una idea de la cantidad de templos con los que nos vamos a encontrar; decidir cuáles ver no es tarea fácil.
Nosotros visitamos 11 templos “principales” en cuatro días, aunque podríamos haberlo hecho en tres. Realmente el cuarto día aprovechamos la visita al templo para trasladarnos de una ciudad a otra.
Todas estas visitas se pueden hacer desde Ubud. Para que no quede muy largo, dividiré el post en dos diferentes, y en el último incluiré un mapa, para que podáis situar dónde está cada templo y así organizaros mejor.
Templos de Bali
Templo Madre o Besakih
Besakih no es un “templo” al uso. Es más bien un complejo de templos, en la ladera del monte Agung, distribuido en seis niveles diferentes.
Además de un templo “público”, llamado Pura Penataran Agung, tiene 23 (o 26) patios cerrados, cada uno de una de las principales familias de Bali.
El centro simbólico de este templo es el trono de loto, también conocido como padmsana.
El centro simbólico de este templo es el trono de loto, también conocido como padmsana.
Es el templo más importante de Bali (y por eso se le denomina templo madre).
Palacio de la justicia de Klungkung
Aunque Kerta Gosa inicialmente formó parte del Palacio del Rey, acabó funcionando como palacio de justicia.
El techo del pabellón principal se encuentra decorado con pinturas del arte wayang (la única muestra que queda en Bali). El resto del palacio fue parcialmente destruido debido a luchas a principios del siglo XX.
Estas pinturas muestran parte de la historia Bhima Swarga, que fue incorporada a la tradición balinesa desde el Mahabbarata.
Hay una copia de la mesa y las sillas en las que se celebraban los juicios.
Goa Lawah
El “templo de los murciélagos” es uno de los templos direccionales que protegen a Bali de los espíritus malignos y demonios.
Construido en el siglo XI, la mayor atracción es la gran cueva, llena de murciélagos, que se encuentra en la parte de atrás del templo.
Según la leyenda, esta cueva se comunica con el Templo Madre (Besakih), y en su interior vive Basuki, una enorme serpiente con aspecto de dragón que se alimenta de murciélagos.
Tirtagangga
En este caso no es un templo lo que visitamos, sino los baños reales.
Está formado por varias piscinas rectangulares, una de ellas decorada con un camino de piedras planas por las que puedes pasear, estanques con peces, fuentes y cuidados jardines.
Tras el primer estanque hay una gran fuente de 10m de alto, custodiada por estatuas de guardianes. En su parte superior tiene una flor de loto.
Siguiendo su fecha de construcción podríamos decir que son bastante actuales, de casi 1950. El nombre del complejo significa “agua del Ganges”.
Los manantiales están situados en la parte superior, bajo un gran baniano. El agua, además de ser potable (aunque yo no me la jugaría) también está considerada sagrada.
Goa Gajah
Si Goa Lawah era la Cueva de los Murciélagos, esta es la Cueva del Elefante.
Está a 6 km de Ubud, data del siglo X y en ella podemos encontrar un patio con piscinas sagradas, la entrada a la cueva (con un increíble tallado en ella), jardines y fuentes.
Al sur del templo se llega a una zona de arrozales. La atraviesa un pequeño camino que conduce al río Petanu. Esta zona está algo menos preparada para el turismo (ojo con los resbalones!) pero es perfectamente transitable, y además, muy recomendable.
La entrada a la cueva está labrada con la cara de un gigante con su boca abierta (que hace las veces de puerta de entrada a la cueva). El interior tiene forma de T, y alberga tres nichos con tres estatuas.
Tirta Empul
El centro de este complejo de templos son las dos piscinas a las que los balineses acuden a purificarse de los espíritus malignos. Está construido encima de un manantial de agua.
Los peregrinos que llegan a este templo se acercan primero a una de las piscinas, donde hay 13 esculturas de las que sale agua. Después de rezar en los altares proceden a bañarse en las frías pero transparente aguas sagradas. Van lavándose en cada uno de las fuentes, de la 11 a la 11 (las dos últimas sólo se usan en ritos funerarios).
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