Domingo, 10 de Julio de 2016
Hoy toca traslado de Periyar a Madurai, unas dos horas y media que se convirtieron en algo más. A las nueve comenzamos el trayecto, y a la hora pasamos por un sitio donde hay mucha música, mucha gente y mucho colorido. Preguntamos qué es y nos dicen que una boda. Nos invitan a verla si queremos, y aceptamos.
Hoy toca traslado de Periyar a Madurai, unas dos horas y media que se convirtieron en algo más. A las nueve comenzamos el trayecto, y a la hora pasamos por un sitio donde hay mucha música, mucha gente y mucho colorido. Preguntamos qué es y nos dicen que una boda. Nos invitan a verla si queremos, y aceptamos.
Así que bajamos y atravesamos las verjas que dan acceso a un patio. En ese patio hay dos filas de mesas formando un pasillo. Hombres a la izquierda y mujeres a la derecha. Nos van saludando entre sonrisas, invitándonos a entrar. Mientras caminamos tímidamente nos hace fotos un fotógrafo profesional, y nos graba en video alguien que, si no fuera porque no lleva pegatina en la supercámara, diría que es de la televisión. Nos da algo de cosa seguir avanzando, no queremos molestar, pero unos cuantos hombres vestidos de blanco impoluto se nos acercan y van escoltándonos hacia dentro. Nos invitan a comer, no podemos negarnos.
Veo que las mujeres de atrás (a quienes se les va a desencajar el cuello de tanto girarse) al acabar, doblan la hoja de plátano a la mitad. Pues eso hacemos.
Salimos, con el regalo que nos han dado, pero nos intercepta un hombre y nos dice que le sigamos, sin lugar a discusión. Y eso hacemos. Coge por el camino dos sillas de plástico y las coloca en primera fila debajo de un tenderete. Y que nos sentemos. Así que eso hacemos. Esperamos a algo, no sabemos a qué. Pero nos dedicamos a ver pasar a la gente. Desde el fondo nos miran tres niños tímidos. Les sonrio y les invito a acercarse, y vienen de la mano los tres.
Al poco vemos que se acerca una comitiva formada por unos músicos, el novio, y varias mujeres. Una vez han pasado, creemos que ha llegado nuestra hora de irnos. Así que agradecemos a todos la invitación, damos la enhorabuena por la boda y nos vamos.
Resulta que hoy 10 de Julio es un día propicio para casarse. Hemos visto unas 20 bodas por el camino.
De esta manera, el camino, que iban a ser 2h y media, se convierten en casi 3 y media. La carretera es muy buena, pero hay bastante tráfico.
Resulta que hoy 10 de Julio es un día propicio para casarse. Hemos visto unas 20 bodas por el camino.
De esta manera, el camino, que iban a ser 2h y media, se convierten en casi 3 y media. La carretera es muy buena, pero hay bastante tráfico.
Paramos a la entrada de Madurai en un restaurante que se llama Big Bell (o algo parecido) a comer.
Es un restaurante indio, así que hay comida india y china (peculiaridades del sur). Pedimos un chicken tandoori, que pica pero casi nada (menos que la pizza de ayer) y arroz frito con pollo. Un lassi, agua y un té. Por seis euros todo.
De ahí nos dirigimos al hotel, el West Marret de Madurai, para hacer el check in y descansar un poco.
Quedamos a la hora a la que empiezan a abrir los lugares visitables. La primera parada es el museo de Mahatma Gandhi, 50 rupias por entrar con cámara. Es un museo que cuenta la historia reciente de India, relacionada con su independencia de Gran Bretaña. Tiene muchas fotos, mucho texto (en inglés y en hindi).
Después fuimos al palacio de Thirumalai Nayakkar. Por las fotos que había visto, no me esperaba más que la sala central con los grandes pilares. Sin embargo me pareció que tenía unos estucos que merecían mucho la pena.
Eso sí, la zona de “museo”, con las vitrinas sin seguridad alguna, dejaba bastante que desear.
50 rupias por la entrada y 30 por la cámara.
Hemos parado en la Catedral de Saint Mary, que estaba cerrada, para hacer alguna foto. Hace un par de años la pintaron y ahora está de color blanco y azul. Muy bonito.
50 rupias por la entrada y 30 por la cámara.
Hemos parado en la Catedral de Saint Mary, que estaba cerrada, para hacer alguna foto. Hace un par de años la pintaron y ahora está de color blanco y azul. Muy bonito.
Y de ahí, a la visita estrella de Madurai, el templo de Sri Meenakshi.
Entramos por la puerta este, que es donde se dejan los zapatos (gratis), donde si quieres llegar al mostrador más vale ser delgadito para colarse bien entre los indios.
No se puede acceder ni con mochilas, ni con cámaras de fotos, ni con calcetines. Las mochilas, hay una sala para dejarlas.
Nada más entrar, accedemos a un corredor con un montón de columnas y de tiendas con ofrendas, colgantes, pulseras… Y a la derecha, vemos la entrada a la sala de los mil pilares. 50 rupias por entrar y 50 por cada móvil (con los que sí se puede hacer fotos en todo el templo).
Salimos y seguimos avanzando hacia el templo.
Me encanta, todo lo que veo. La gente, las ofrendas, los vestidos, la arquitectura del templo…
Hay también un elefante que te bendice por 10 rupias, dándote con su trompa en la cabeza.
Hemos estado una hora dentro.
Me encanta, todo lo que veo. La gente, las ofrendas, los vestidos, la arquitectura del templo…
Hay también un elefante que te bendice por 10 rupias, dándote con su trompa en la cabeza.
Hemos estado una hora dentro.
Volvemos al hotel a hacer tiempo, porque no hay nada más que podamos ver a estas horas, más que dar vueltas por las tiendas de alrededor del templo, que son muy turísticas y además al ser domingo están casi todas cerradas.
A las 20:30 comienza la ceremonia nocturna del templo.
Llegamos justo a tiempo de ver acabar una procesión.
Pregunto a un par de personas que cuándo es la otra ceremonia, y me dicen que a las 21 en la puerta Oeste. Pero la puerta oeste tiene pinta de llevar cerrada bastante tiempo... volvemos a la este y nos dicen que a las 21:30 es cuando trasladan al dios. Así que estamos media hora delante de la puerta hasta que lo vemos.
Menudo espectáculo. Corto, pero algo que no había visto nunca (próximamente, los videos)
Con todas estas nuevas experiencias nos vamos a dormir.
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