Proseguimos nuestro viaje por Rusia. Hoy visitamos el mercado de Izmailovo en Moscú, bajo una densa lluvia. No, Moscú no nos ha recibido con su mejor cara...
Miércoles 12 de abril de 2017 (Parte 1)
Nos habíamos quedado justo en el andén de la estación, tras nuestra noche triunfal en la Flecha Roja.
Como ya os conté pero os recuerdo, habíamos contratado por 1000 rublos (15 euros, qué dolor) un taxi con el hotel, para que nos llevara de la estación de tren de Moscú al hotel.
Nos estaba esperando a la puerta del vagón un hombre con un cartel que nos llevó casi a carreras hasta el taxi, y en 5 minutos nos deja en nuestro alojamiento.
Sí, un traslado demasiado caro para lo que duró el viaje.
En Moscú nos alojamos en el hotel Brick Design. No es para nada barato (8000 rublos la noche), pero en Moscú el alojamiento es más caro que en San Petersburgo, y este hotel está muy bien situado, al lado de la estación de metro Chistye Prudy, a tan solo dos paradas (cortas) de la plaza Roja.
La recepcionista que nos recibe en el hotel es un mar de sonrisas y buenas intenciones. Nos ofrece té, bollos, caramelos, bombones, otra vez bollos... está empeñadísima en que desayunemos, nos debe haber visto cara de hambre.
Para despistarla en su empeño por el desayuno le pregunto a la mujer cuándo abre el mercado de Izmailovo, pero lo desconoce.
El hotel es pequeñito, adornado con obras de arte moderno rusas, con una pequeña biblioteca con un montón de discos para escuchar, y una sala en la que se ofrece el desayuno cada mañana.
Dejamos las maletas en recepción, porque nuestra habitación aún no está preparada, y nos vamos al metro.
Y eso hacemos.
Al llegar la entrada del metro nos acercamos a la caja (kacca). No habla nadie inglés, y quiero comprar un bono de metro de 20 viajes (720 rublos, a 36 rublos el viaje, frente a los 55 del billete simple. Además se puede compartir con más gente), así que lo que hacemos es sonreír y enseñar los 20 dedos de nuestras cuatro manos. La cajera sonríe (como lo leéis, una sonrisa) y nos da el bono.
Tomamos el metro a Izmailovo, el mercadillo de souvenirs para el que nos hemos estado reservando estos días.
Nada más salir del metro, hay que continuar esa calle hacia la derecha, y veréis las coloridas cúpulas del pequeño Kremlin del mercado. No tiene pérdida de verdad. Se camina por el centro de un parquecito.
Dicen que el mejor día para ir al mercado de Izmailovo es el sábado o domingo. Nosotros fuimos el miércoles (porque el jueves cierra, nos hemos enterado justo hoy, nada más llegar al hotel...nuevo cambio de planes), y no fue ni el mejor día en cuanto a puestos abiertos ni en cuanto a clima, de lo más desagradable: llueve mucho, y la lluvia viene acompañada por una intensa sensación de frío y fuerte viento.
Efectivamente los precios en el mercado de Izmailovo son mucho más bajos que lo que estábamos viendo los días pasados.
Al final compro una matrioshka por 1600 rublos (con un ligero regateo), una cajita por 150, un imán por 100, y algo Jojlomá: dos botes por 120 y 240 rublos cada.
Pero el tiempo no perdona, y llueve tanto que incluso están empezando a recoger los puestos.
Con este panorama, volvemos al hotel a dejar las compras y decidimos ir al Kremlin, porque también cierra el jueves, así que no podemos posponerlo…
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Miércoles 12 de abril de 2017 (Parte 1)
Nos habíamos quedado justo en el andén de la estación, tras nuestra noche triunfal en la Flecha Roja.
Como ya os conté pero os recuerdo, habíamos contratado por 1000 rublos (15 euros, qué dolor) un taxi con el hotel, para que nos llevara de la estación de tren de Moscú al hotel.
Nos estaba esperando a la puerta del vagón un hombre con un cartel que nos llevó casi a carreras hasta el taxi, y en 5 minutos nos deja en nuestro alojamiento.
Sí, un traslado demasiado caro para lo que duró el viaje.
En Moscú nos alojamos en el hotel Brick Design. No es para nada barato (8000 rublos la noche), pero en Moscú el alojamiento es más caro que en San Petersburgo, y este hotel está muy bien situado, al lado de la estación de metro Chistye Prudy, a tan solo dos paradas (cortas) de la plaza Roja.
La recepcionista que nos recibe en el hotel es un mar de sonrisas y buenas intenciones. Nos ofrece té, bollos, caramelos, bombones, otra vez bollos... está empeñadísima en que desayunemos, nos debe haber visto cara de hambre.
Para despistarla en su empeño por el desayuno le pregunto a la mujer cuándo abre el mercado de Izmailovo, pero lo desconoce.
El hotel es pequeñito, adornado con obras de arte moderno rusas, con una pequeña biblioteca con un montón de discos para escuchar, y una sala en la que se ofrece el desayuno cada mañana.
Dejamos las maletas en recepción, porque nuestra habitación aún no está preparada, y nos vamos al metro.
Visitar el Mercado de Izmailovo de Moscú
Cómo llegar al mercado de Izmailovo
Tras dar muchas vueltas decidimos que la mejor manera de visitar el mercado de Izmailovo es ir en metro.Y eso hacemos.
Al llegar la entrada del metro nos acercamos a la caja (kacca). No habla nadie inglés, y quiero comprar un bono de metro de 20 viajes (720 rublos, a 36 rublos el viaje, frente a los 55 del billete simple. Además se puede compartir con más gente), así que lo que hacemos es sonreír y enseñar los 20 dedos de nuestras cuatro manos. La cajera sonríe (como lo leéis, una sonrisa) y nos da el bono.
Tomamos el metro a Izmailovo, el mercadillo de souvenirs para el que nos hemos estado reservando estos días.
Nada más salir del metro, hay que continuar esa calle hacia la derecha, y veréis las coloridas cúpulas del pequeño Kremlin del mercado. No tiene pérdida de verdad. Se camina por el centro de un parquecito.
Cuándo visitar el mercado de Izmailovo
Dicen que el mejor día para ir al mercado de Izmailovo es el sábado o domingo. Nosotros fuimos el miércoles (porque el jueves cierra, nos hemos enterado justo hoy, nada más llegar al hotel...nuevo cambio de planes), y no fue ni el mejor día en cuanto a puestos abiertos ni en cuanto a clima, de lo más desagradable: llueve mucho, y la lluvia viene acompañada por una intensa sensación de frío y fuerte viento.
Efectivamente los precios en el mercado de Izmailovo son mucho más bajos que lo que estábamos viendo los días pasados.
Al final compro una matrioshka por 1600 rublos (con un ligero regateo), una cajita por 150, un imán por 100, y algo Jojlomá: dos botes por 120 y 240 rublos cada.
Pero el tiempo no perdona, y llueve tanto que incluso están empezando a recoger los puestos.
Con este panorama, volvemos al hotel a dejar las compras y decidimos ir al Kremlin, porque también cierra el jueves, así que no podemos posponerlo…
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