Viernes 7 de Julio de 2017

Tras el susto del escorpión, nos levantamos tomando todas las precauciones que se nos ocurren para ver si hay más bichos… que no hay. El desayuno vuelve a ser tan copioso como el del día anterior, y tras comer algo, empezamos a prepararnos para salir a las 9 hacia Kandy, previa parada en Dambulla, Nalanda Gedige y Aluvihara. Y aunque google maps marca dos horas y media de camino, llegamos pasadas las 15…

Cuevas de Dambulla, Sri Lanka

Nuestro primer alto en el camino es una fábrica de seda cuya factoría está cerrada peeero cuya tienda está abierta. Hay un grupo de unos 30 españoles, todos probándose ropa, ya que lo primero que te dicen cuando entras en la tienda es "¿quieres probarte un sari?". No necesito que me animen mucho... eso sí, 70 euros cuesta, que claramente no pago.


Cuevas de Dambulla

La siguiente parada son las cuevas de Dambulla. Sangeeth nos lleva en coche hasta donde se compran los tickets (1500 rupias por persona), y nos acerca después a un punto algo más alto donde hay una verja, que nos indica que hemos de saltar, continuar por ese camino desangelado, y llegar a la subida principal. Ya os he dicho que este viaje tenía momentos algo surrealistas.

Así que saltamos dicha verja y andamos por donde nos ha dicho, y efectivamente llegamos a un punto donde se puede elegir entre escaleras o rampa. Elegid escaleras. Tanto para subir como para bajar.


Cuevas de Dambulla, Sri Lanka

Debe ser ya el octavo monte del viaje que subimos. Entregamos los tickets a la entrada y accedemos al recinto de las cuevas.

Son 5 cuevas con pinturas y figuras de buda, contando su vida.

La primera que visitamos (la Cueva del Rey Divino) es la más grande. Me recuerda a Ajanta, aunque aquí las pinturas, si de verdad son las originales, están mucho mejor conservadas.


Cuevas de Dambulla, Sri Lanka

Hay una verja supuestamente electrificada para que no entren monos, pero los monos pasan olímpicamente de dicha verja y campan a sus anchas por allí.

Cuevas de Dambulla, Sri Lanka

Nos tomamos nuestro tiempo para disfrutar de cada cueva... hasta que a eso de las 10:30 nos echan a todos los turistas de las cuevas, porque van a realizar una pequeña ceremonia de unos 15 minutos. Así que todos sentados fuera, hasta que terminan (que no avisan).

Todas las cuevas son de similar apariencia y ornamentación, pero la visita merece mucho la pena.


Cuevas de Dambulla, Sri Lanka

Tras visitar Dambulla, comenzamos a bajar hasta un punto en el que el camino se bifurca en dos. Tomamos el de la izquierda, que es una rampa desigual con destino final un gran buda dorado. Que es una estatua de buda, muy grande, dorada (no os lo podíais imaginar, ¿verdad?).


Cuevas de Dambulla, Sri Lanka

También hay un árbol sagrado, una estupa dorada y… ya.


Nalanda Gedige

Regresamos al coche para poner rumbo a Nalanda Gedige, un templo pequeño del siglo VIII, que dicen está situado en el centro geográfico de la isla.


Nalanda Gedige, Sri Lanka

La entrada es gratis y se ve en 10 minutos.


Sri Muthumariaman

Decidimos no visitar Aluvihara, que es una cueva con pinturas, pero no mejores que Dambulla, y parar en Sri Muthumariaman, un templo hindú muy grande que por ver por fuera hay que pagar 100 rupias y por dentro 250. Pero está cerrado por dentro.

Sri Muthumariaman

Así que damos un paseo a su alrededor, y continuamos hacia Kandy.


Kandy

No podíamos imaginar que nuestra llegada a Kandy se viera acompañada de un atasco enorme, que nos hace emplear más de media hora en apenas 4 km.

Cambiamos dinero en una joyería cerca del Queen Hotel, a 171'5 rupias el euro.

Y nos vamos al centro comercial Kandy City Centre a comer a un food court, comida occidental, de hecho un plato de pasta que... ¡pica! ¡Venga hombre!

Al terminar whatsappeamos a Sangeeth, que nos viene a recoger con Hansa, un chico de unos 24 años que a partir de mañana será nuestro conductor.

Hemos estado muy a gusto con Sangeeth estos días. Habíamos leído muchas cosas sobre los conductores en Sri Lanka, más malas que buenas. Sangeeth hizo un intento 3 o 4 días antes de llegar de mandarnos otro conductor porque él no podía... pero me puse seria (ojo cuando me enfado) y tal y como prometió vino con nosotros desde el primer día... hasta el cuarto, donde nos dejó en manos de otro conductor.

La verdad sea dicha: se ha portado genial con nosotros, nos ha aconsejado en muchas ocasiones qué hacer y qué ver, nos ha acompañado en muchas visitas y ha intentado darnos el mejor trato posible.

Como punto negativo: nos ha "abandonado" al cuarto día y al ser el jefe de la empresa, la mayor parte del tiempo la ha pasado al móvil hablando con el resto de conductores (tiene 6 a su cargo).

Dato adicional que no sé si os interesa pero a mi me generó bastante incertidumbre días antes del viaje: sí le dimos propina, algo más de un 15% (redondeamos al final).

Estuvimos también en una fábrica de madera, para comprar máscaras. El regateo es muy duro... pero creo que mis habilidades regateadoras han mejorado hasta límites insospechados tras el viaje a India.



Camino a nuestro hotel paramos en un supermercado a comprar algo para cenar, y finalmente nos despedimos de Sangeeth. Recordad que los hoteles irán en un post aparte, que bien se lo merecen.

La cancelación del hotel

Ah! ¿Os acordáis de que el hotel de Nuwara Eliya nos había cancelado las dos noches que teníamos allí? Hablamos con Sangeeth del tema bastante rato, y nos aconsejó que en lugar de hacer dos noches en Nuwara Eliya y una en Ella, hiciéramos una en Nuwara Eliya y dos en Ella.

Nos costó mucho encontrar un hotel medianamente decente en Nuwara Eliya y que no nos costara un riñón... y cuando lo hicimos reservamos una única noche.

También hice una llamada al hotel que nos canceló (The Mint Bungalow) y les eché una bronca terrible, porque me decían que cancelara yo la reserva en booking...cuando mi periodo de cancelación gratuita ya había expirado. Me juraron una y otra vez que ellos no me iban a realizar ningún cargo en la tarjeta, y yo me indigné mucho, a pesar de que el número de tarjeta que tienen ellos es la que bloqueé por duplicación.

Lo que os digo. Mucho surrealismo y cambio de planes.

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