Jueves 10 de Agosto: El Bund.
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Después del día que nos hemos pasado rehaciendo medio itinerario de nuestro viaje, salimos, aún de día, hacia East Nanjing Road.
Llegados al cruce de Nanjing East Road (se puede cambiar de orden también) con Hennan Road, tenemos dos opciones: caminar hacia la derecha por la calle peatonal, llena de tiendas con carteles luminosos que encienden por la noche, o seguir a una gran marabunta de gente por la calle de la izquierda.
Nos situamos en el semáforo para poder cruzar, y cuando miro hacia delante, alucino con la cantidad de gente que hay esperando en la acera de enfrente.
Me río yo del cruce de Shibuya.
Tras cruzar esa calle, entramos en el primer centro comercial que vemos. Por cotillear.
Es enorme, y casi todo son marcas de lujo.
Aun así, lo que más me impresionó (llamadme de pueblo) fue la escalera mecánica de caracol. Estos sí nos sacan años de adelanto, y no los japoneses...
Tras dar una vuelta por el centro comercial (nada interesante) seguimos por nuestra acera en dirección al río Huangpu.
¿Os he dicho que era la acera de la izquierda?
Cuando nos paramos para cruzar, se nos acerca un policía para peatones (había otro policía con diferente uniforme para los vehículos) que nos silba en la cara un par de veces y con gestos poco clarificadores nos dice que no. Que por ahí no se cruza.
Que si queremos seguir avanzando, tenemos que hacerlo por la acera de enfrente. Lo cual significa dos cruces de calle.
Traduje sus gestos deduciéndolo de lo que vi al mirar a mi alrededor:digo miles, y no exagero, de personas, todas dirigiéndonos hacia el río, como si de una manifestación se tratara.
Por la acera de la izquierda, otra gran cantidad de personas, pero viniendo del río.
Nos quedamos boquiabiertas cuando fuimos conscientes de estos dos ríos de personas.
Pero lo mejor estaba aún por llegar:
El Bund de Shanghai es un paseo elevado construido a lo largo del río Huangpu, de kilómetro y medio de largo.
Desde él se puede ver el barrio de Pudong (al otro lado del río), donde se encuentran la mayor parte de rascacielos de Shanghai. Entre ellos la torre de la Perla (el de las dos esferas) o el Shanghai World (el que tiene un recuadro abierto arriba del todo).
Al estar elevado, hay que acceder mediante o escaleras o rampas. Nuevamente no te dejan elegir: los policías para peatones nos conducen como a ganado por una o por otra escalera, mientras unos altavoces van voceando algo en chino que entendemos que es "no te pares, sigue caminando".
¿Que cómo lo sabemos? Muy sencillo. Nos paramos al lado de uno y el peato-poli se acercó a decirnos algo, mientras señalaba el altavoz con cara de "pero no lo oís?", y nos hacía gestos para que nos moviéramos.
Conseguimos hacernos un hueco en la barandilla, desde la que pudimos hacernos unas cuantas fotos, a nosotros y también a las vistas de Pudong a medida que las luces de los edificios se iban encendiendo.
Conseguimos hacernos un hueco en la barandilla, desde la que pudimos hacernos unas cuantas fotos, a nosotros y también a las vistas de Pudong a medida que las luces de los edificios se iban encendiendo.
La vuelta fue mucho más sencilla, una vez asimilado el camino a recorrer (seguir a la masa de gente, básicamente).
Nos acostamos pronto, que mañana nos vamos a Beijing.
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