Sábado 12 de Agosto
Ayer día 11 lo empleamos en el traslado de Shanghai a Beijing. Al final fuimos en tren (no estaban los ánimos como para arriesgarse a ir en avión), que cogimos a las 13:02 y nos dejó en Beijing South a las 16:53.
El plan de hoy era estar a las 8 de la mañana en la Ciudad Prohibida. Había leído que han limitado la entrada a 80000 visitantes al día, y además los residentes chinos pueden comprar entradas online. Por tanto lo más sabio me pareció llegar lo antes posible, no sea que no pudiéramos entrar.
¿Cómo llegar a la Ciudad Prohibida?
Aunque esa era nuestra idea, al final eran las 8 cuando salíamos del hotel. Tomamos el metro y en tres paradas llegamos a Tianamen East, la parada más cercana a la Ciudad Prohibida.
Llevo apuntado salir del metro por la salida A, pero aquello es un laberinto sin carteles, así que me conformo con llegar a la superficie.
Esto es de cuando ya conseguimos llegar |
El panorama que veo al llegar a la calle no me gusta mucho: la Ciudad Prohibida se halla al otro lado de una avenida con 4 carriles en cada sentido, y con una verja en medio a modo de mediana. Además llueve, y, no puede ser: ¿hay una cola y un control de seguridad en medio de la acera?
Dejo a mi compi en la cola, y me voy a preguntar a policías, gente de seguridad, o cualquiera que me parece de fiar cómo llegar a la Ciudad Prohibida. No intento ya ni hablar inglés porque nadie más lo habla, así que mezclo español con un montón de gestos, tal y como aprendí en Rusia.
De esta manera me entero de que para llegar a la Ciudad Prohibida hay que cruzar por un paso subterráneo, ese en el que al menos ya estamos haciendo cola (por "cola" no os imaginéis nunca una fila de una persona, sino a un revoltijo de personas que siguen una garabato poco más largo que ancho) porque de nuevo hay que pasar otro control de seguridad.
Paciencia y paraguas abierto... y por fin llegamos a la Ciudad Prohibida.
La Ciudad Prohibida
Llevaba preparados unos cuantos mapas (en pdf en el móvil, al final es lo más accesible), y aun así me cuesta un montón encontrar las taquillas. En el primer recinto hay colas así que nos ponemos en ellas pero tras preguntar (de nuevo, a cualquiera que no parezca turista) me entero de que son taquillas para otra cosa, y que las que buscamos están en la siguiente plaza.
Pues para allá que vamos… Esta vez va bastante rápido y conseguimos dos entradas, una para mayores de 60 por 30 yuanes y otra para estudiantes por 20 yuanes. 40 yuanes me he ahorrado presentando el DNI. Me dicen que quizás no me dejen entrar en el control de acceso….pero el cortatickets tiene demasiado trabajo hoy como para pensar si de verdad soy estudiante o no.
Atravesamos la puerta sur de la Ciudad Prohibida y llegamos a una gran plaza, donde se encuentra un río con forma de arco (el río dorado), atravesado por cinco puentes que representan las cinco virtudes confucianas: ren (humanidad), yi (justicia), li (rutinas y ritos), zhi (sabiduría) y sin (honestidad).
Vamos haciendo fotos como podemos, tapándonos con el paraguas con una mano y disparando con la otra… y es entonces cuando empieza a llover más…. Y más… y todos empezamos a correr hacia la puerta de la Suprema Armonía para resguardarnos.
He de decir que aunque un 80% llevamos paraguas, será un 60% los que llevan el típico poncho de plástico (algunos con paraguas, otros sin paraguas). Es por tanto misión casi imposible intentar no mojarte: o te chocas con un paraguas mojado, o con un chino con poncho chorreando agua.
Cuando arrecia un poco la tormenta, y se filtra un poco el agua del suelo (que parece un lago), abrimos de nuevo el paraguas (porque llover, sigue lloviendo) y nos mimetizamos como uno más entre los cientos que se dirigen en la misma dirección que nosotros.
Los tres siguientes pabellones son el de la Suprema Armonía (pabellón, no puerta), el de la Armonía Media y el de la Preservación de la Armonía. Muy armonioso todo….pero no se puede acceder a su interior.
De hecho, para poder ver lo que hay en su interior a través de alguna de las puertas abiertas hay que abrirse paso entre todos los chinos que se agolpan para hacer una foto (y, recordemos, con la dificultad añadida de paraguas abiertos y ponchos mojados).
De vez en cuando vamos mirando al cielo, del que no deja de caer agua.
Una de las veces lo vemos gris ocuro - casi negro (y mira que parecía difícil), y preveemos otra tromba... esta vez no nos da tiempo a ponernos bajo cubierto: en el último pabellón armonioso se forma un embudo de gente bajando por las escaleras imposible de evitar.
Encontramos un hueco bajo un tejadillo de una tienda de regalos, incluso podemos sentarnos un poco... a ver llover.
No voy a engañaros: no estoy disfrutando nada de la visita. No era así como yo había planeado y me imaginaba este viaje, y desde que hemos llegado nada parece salir como lo esperado.
Lo único bueno es que tengo fotos de la Ciudad Prohibida sin gente… de todo lo que llovía.
Cuando escampa un poco atravesamos la siguiente puerta (de la Pureza Celestial) para llegar a otros tres nuevos pabellones: el de la Pureza Celestial, el de la Unión y el de la Tranquildad sobre la Tierra.
Yo no veo ni pureza ni armonía, sólo gente y gente.
Decidimos ir finalizando la visita: estamos casi al lado de la puerta norte, y queremos salir por la sur (alerta de spoiler: no se puede, hay que salir por la Este), así que tenemos que recorrer de nuevo todo el palacio hasta el lugar por el que hemos entrado.
¿Zonas de la Ciudad Prohibida sin gente...?
Puestos a desandar camino, lo hacemos por la derecha, donde hay más palacios, casas, pabellones y halls… y aquí mejora un poco la visita: al menos no hay tanta gente como en la zona central, e incluso se puede acceder a algunos de los pabellones, que, aunque no están amueblados (la mayoría albergan pequeñas exposiciones), tienen bonitos techos.
Dos veces más nos tenemos que parar al empezar a diluviar.
Vamos en dirección al Pabellón de la Literatura, y no conseguimos llegar secas: nos pilla una buena tormenta, los zapatos están calados (nuestros piececitos hacen chof-chof, y el mio izquierdo incluso hace ventosa al caminar), el suelo lleno de charcos, la lluvia rebota al caer y nos cala los pantalones… y la temperatura debe rondar los 20 grados.
Cuando por fin conseguimos llegar al Pabellón de la Literatura nos encontramos con una exposición de cerámica que a mi no me llama mucho la atención, aunque debo reconocer que está bastante bien. Empleamos un rato largo en verla porque al salir vuelve a diluviar… así no son formas de hacer visitas. El día parece que va a seguir igual y de verdad que estamos empapadas.
Lo mejor que podemos hacer es salir de la Ciudad Prohibida e irnos al hotel a comer unos dumplings, unos noodles y a acabar de reservar los hoteles de nuestro cambio de planes.
Datos prácticos
Taxi Shanghai - Estación de tren: podíamos haber ido en metro perfectamente, tal y como hicimos el día anterior, pero ya sabéis que nos damos pequeños lujos en nuestros viajes... como por ejemplo este del taxi. Nos lo llamaron desde el hotel, y nos dijo que serían unos 80 yuanes. Al final fueron 76 yuanes, con taxímetro (aunque le dimos 80, unos 10 euros) y tardamos poco menos de media hora.
Al llamar el hotel al taxi nos dio en un papel el nombre de la matrícula, así que en la calle sólo tuvimos que esperar a un vehículo con dicha matrícula.
Taxi Beijing South - Hotel: en estaciones de tren y aeropuertos hay stands oficiales de taxis. Sólo hay que seguir los indicadores, esperar una larga cola (vallada, así que aquí sí van de uno en uno) que suele ir bastante rápida, y subir en el taxi que te toque. Enseñas la dirección en chino, pides que ponga taxímetro señalándolo (a veces bastante insistentemente), y ya está. Este trayecto nos costó 40 yuanes.
Hotel de Beijing: Pentahotel Beijing: Lo reservamos por booking sin cancelación gratuita y ha sido de los mejores hoteles del viaje. Está muy bien situado y conectado a las principales atracciones turísticas por metro. Tiene un restaurante pequeño pero suficiente.
Está conectado por la planta 5 con un centro comercial que tiene adosado al edificio. Lo mejor del centro comercial es el gran supermercado de la planta baja... perfecto para cenas y desayunos (no tenía desayuno incluido pero sí hervidor de agua, tés y botellas de agua mineral todos los días).
Visita a la Ciudad Prohibida: a partir de finales de Octubre de 2017, sólo se podrá acceder a la Ciudad Prohibida comprando tickets desde la página web http://gugong.228.com.cn/ . Nuestra visita duró unas 4 horas, aunque como habéis leído, mi humor ese día estaba acorde al tiempo que hacía...
Las entradas cuestan 60 yuanes, aunque hay descuento para mayores de 60 años al 50%, y los estudiantes pagan 20 yuanes.
Metro de Beijing: rápido y cómodo. Y no hace frío extremo como en el de Bangkok. En todas las entradas de metro hay controles de seguridad para escanear la mochila, y arcos para lo metálico.
Coger los tickets de metro es todo un ejercicio de paciencia: normalmente hay tres o cuatro máquinas de venta de tickets…para todos los chinos que son. Así que las desordenadas colas son eternas, porque, además, no saben cómo comprar tickets y tardan una vida. Pero bueno. Para comprar los tickets, igual que en el de Shanghai.
Orientarse en el metro es sencillo y además los nombres de las paradas están en inglés, así que se leen perfectamente.
Trenes en China: todas las estaciones de trenes son idénticas.
Cuando llegas, tienes que buscar en una pantalla como las de los aeropuertos el lugar donde hacer checkin, o la puerta, o una palabra similar.
Luego todo es seguir las indicaciones del suelo o los carteles verticales, que te dejarán en una especie de puertas como estas.
10 minutos antes de que llegue el tren, tendrás que introducir el ticket en la máquina (si es de color azul) o enseñarselo al "señor de la gorra" (que suele estar a la derecha de los tornos) si es rosa, y eso te da acceso al andén de tu tren.
En las estaciones grandes puede haber varios trenes por la misma vía... pero obviamente a horas diferentes.
Mientras llega tu tren, puedes sentarte a esperar (recomiendan siempre llegar 45 minutos antes a la estación...).
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