KailiSábado 19 de Agosto de 2017

Me dijo el aprendiz de geógrafo (Tim) que no era fácil coger un taxi en Guiyang y que estuviéramos como tarde a las 9, en la estación. Así que a las 8:30 estamos parando a uno de las decenas de taxis que hay por la calle. De hecho paro al que va en sentido contrario a lo acordado, pero aun así el sentido correcto.

Refunfuña un poco porque no quiere ponernos el taxímetro, así que me toca ponerme seria y decirle que o lo pone o no metemos las maletas. Todo esto en español y con gestos. En su caso, en chino y con menos gestos (gesticulan muy poco, con lo que facilita la comunicación…).

Tardamos más de media hora en llegar a la estación y nos cobra casi 40 yuanes por ello. Nos sobra hora y media… a sentarse y a mirar a la gente.

Subimos al tren que en 40 minutos nos deja en Kailinan. Las estaciones de los trenes de alta velocidad están donde cristo perdió el bolígrafo… seguimos los indicadores de taxi y nos toca bajar a pie un montón de escaleras. Es una estación tan nueva que no funcionan ni los ascensores ni las escaleras mecánicas.

Llegamos a unos taxis a los que les enseñamos la dirección del hotel, ponen precio, decimos que pongan taxímetro, y nos echan de allí. Que vayamos a la otra parada.

Allí ya sin problemas nos llevan al hotel. Más de media hora, la estación está lejísimos.

En busca de un transporte bonito y barato (lo de bueno nos da igual)


Hacemos el checkin, nadie habla inglés. Vamos a la habitación, dejamos las cosas, y bajamos de nuevo a recepción con dos misiones en nuestra aventura comunicativa china: buscar un sitio para comer y contratar la excursión de mañana.

Hotel Kaili

En recepción sigue la misma chica que nos ha hecho el checkin y que tiene un traductor de chino a inglés en su móvil. Con su traductor y el mío (inglés a chino) vamos escribiéndonos y hablando de tipos de comida y lugares. Me recomienda un restaurante que está a 10 minutos en taxi, “happy bright village”. Comida muy típica. Le pregunto que si no hay nada cerca, y me insiste en este. Bueno, pues este será… me escribe el nombre en un papel y me da una tarjeta del hotel para que nos puedan traer de vuelta.

Cuando le pregunto por la excursión, llama a un compañero suyo que es “el que sabe inglés”. Yo creo que no tiene ni un A1. Empezamos a contarle qué queremos ver, que necesitamos coche con conductor, pero le cuesta entendernos. Llama a una conocida suya que conoce a conductores, nos escribe en un papel la ruta (salir a las 9, llegar a Langde, visitarlo, luego a Xijian, visitar y comer allí, y de regreso al hotel parar en nosedonde a ver Kaili desde un mirador, o algo parecido, porque se explica fatal el hombre, y sobre las 18 en el hotel). Ya después de preguntarle varias veces, me dice el precio: 1200 yuanes (160 euros) por el coche con conductor.

¡160 euros! Pero, pero.. Le digo que no. Que es muchísimo, que no. Que rebaje. Y me dice 900 yuanes, que sigue siendo un montón. Mi precio son 600, que es lo que cuesta un coche todo el día para ir a la muralla china, por ejemplo, desde Pekin, y son más km. Me indigno mucho porque él dice que eso es muy poco. Que una persona, sin nómina ni nada, gane 80 euros por 9 horas de trabajo, a mi no me parece “poco”. 

Me contesta que salga si quiero a buscar otro precio pero que no lo voy a encontrar…En fin. Le damos las gracias y nos vamos a comer.

Kaili
En Kaili las motos llevan sombrillas incorporadas
Salimos y paramos a un taxi, enseñamos el papel con el nombre del restaurante, pone el taxímetro sin decirle nada y nos vamos para allá. En el taxi se me ocurre “y si preguntamos a éste hombre?”. Al llegar al restaurante le pagamos y le enseño traductor (“mañana puedes llevarnos aquí?”) y la hojita con la ruta que nos ha hecho el del hotel.

Lo lee, me dice que sí. Pregunto precio. Me dice que diga yo. Le contesto que diga él su precio primero. Me dice que 500 yuanes.

Adjudicado. Nos intercambiamos números de wechat y quedamos mañana a las 9 en la puerta del hotel.


La comida más rara que nunca he tenido


KailiEl restaurante…. Sí que es típico, sí. Tiene un parking en el que hay creo que tres autocares dentro, y es un enorme. Las camareras están vestidas con los trajes típicos y todo (vamos, como si en España te las encuentras con el traje de jotas).

Nos sentamos y mandan a la que sabe decir “hello” (y ya) y tiene traductor, a servirnos. Un encanto de chica. De nuevo vía traductores acabamos pidiendo algo que no pica: una ensalada de tofu con cosas verdes y rojas, y unos pececitos feísimos.

Traen un hornillo que nos encienden, sobre el que ponen una cazuela enorme con salsa roja con tomates y otros vegetales flotando, nos enseñan una bandeja con unos peces crudos, y los echan a la cazuela.
Y nosotras, flipando.

El tofu no es para menos: esas "cosas verdes y rojas" resultan ser chiles. Así que pica bastante.

Esperamos a que se hagan los peces, y nos servimos en un cacito la parte de la cola. La de la cabeza verde… casi que mejor para luego.

¿Habéis comido pescado con palillos, intentando no tragaros las espinas? Un ejercicio de paciencia y concentración de lo más interesante.

Kaili

El pescado, por feo que sea (es la primera imagen del post), estaba bueno y no picaba nada.

Al terminar salimos y paramos un taxi, que por 7 yuanes (1 euro!) nos lleva al hotel.

La tarde la dedicamos a menesteres menos glamurosos, como lavar camisetas a mano  y bajar al supermercado a comprar algo de desayuno y cena. El conductor, cuyo nombre desconozco porque está en chino, me escribe que si podemos salir a las 8 en lugar de a las 9, y aceptamos.


Datos prácticos

Hotel en Kaili: Zong Hen Hotel. Nos cuestan dos noches 732 yuanes, pero en Kaili no hay muchas más opciones de alojamiento (para los no-chinos).

El hotel es muy grande, y la habitación muy cómoda. Este es el primer hotel que tiene desayuno... pero a no ser que te guste desayunar gyozas... mejor ni lo pruebes.

Saliendo a la izquierda hay un supermercado muy grande.
Hotel Kaili Hotel Kaili

Restaurante Happy Bright Village: creo que es este de tripadvisor. Es el más famoso donde probar la especialidad de la zona: sopa de tomate (que pica un poco). Nos costó la comida con una cerveza, 158 yuanes. Merece la pena ir, y, no os echéis atrás cuando veáis la fea cara del pez...

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