Viernes 25
de Agosto de 2017.
A las 8:30
estamos en recepción y el chico de ayer, que debe trabajar allí pero no tengo
ni idea de qué, nos lleva en una furgoneta a Hongcun. Tardamos más de una hora
en llegar. Le digo que me deje su wechat para escribirle cuando acabemos,
porque nos da tres horas para ver el pueblo y a mi me parece mucho… me da un
número de teléfono y nos despedimos.
Ya sacando
los tickets de entrada nos damos cuenta de que esto está lleno de turistas
chinos. Muchos grupos, muchos individuales, muchas familias… en fin, que mucha
gente.
Así que nada
más entrar y ver que la ruta marcada es la que siguen todos, decidimos ir en
sentido opuesto y aprovechar a perdernos un poco antes de que todos los grupos
lleguen también a esas calles.
El pueblo es precioso. Está lleno de estudiantes de arte pintando con óleos distintos rincones de la ciudad. Y por donde vamos, de momento, no hay nadie.
Llega un punto en el que no nos queda más remedio que adentrarnos en la ruta turística, llegando al jardín de la luna. Las fotos, aun con gente, son muy bonitas. Todo está lleno de casitas de la dinastía Ming, y el lago que hay aquí en medio le da un ambiente especial.
Entramos en varias de las grandes casas visitables, que, aunque guardan una apariencia similar, son diferentes a las que visitamos en Pingyao.
Por cierto que en este pueblo rodaron escenas de Tigre y Dragón.
Llevamos ya
dos horas y estamos cansadas de pasear, así que intento contactar con el
conductor, pero el móvil dice que su número no existe.
Acabamos
sentadas en el antiguo colegio del pueblo, escribiendo a la chica de recepción
del hostel para que contacte con el conductor y le diga que en 20 minutos le vemos en el coche.
Ya en el coche me pide perdón y me da su wechat en condiciones… ¿Qué número me habría dado antes?
Xidi
La siguiente
parada es Xidi. Así como Hongcun estaba lleno de gente, aquí no hay nadie
comprando la entrada. Nadie!
Pero es que
entramos en el pueblo… y sigue sin haber gente! Sólo hay un grupo de chinos, y
les evitamos fácilmente.
Aquí hay un montón de casas visitables, la mayoría de las cuales se han convertido en pequeños talleres de artesanía y tiendas.
Queríamos haber comido aquí, pensando en que sería como Hongcun, pero no hay casi restaurantes… vemos el pueblo sin apenas cruzarnos con un alma. Así da gusto pasear y comprar. Y cuando acabamos volvemos a la furgo, previo wechat, para regresar al hotel.
Al final a las 15 estamos en Huangshan, pero cuando preguntamos para ir a comer, resulta que está todo cerrado. Nos mandan a un restaurante de comida china donde lo único decente para comer son dumplings…eso sí, comemos barato, porque nos cuesta 1 euro el platito de dumplings.
Datos
prácticos
Hongcun: ticket de entrada 104 yuanes. La visita se hace en dos horas y media yendo muy lento y metiéndote en un montón de callejones. Hay muchos sitios para comer.
Xidi: mismos precios. En este la visita es más corta, en hora y media está.
0 Comentarios