Es la tercera vez (ha sido un gran año viajero) que paso por el aeropuerto de Doha en 8 meses.


Aeropuerto de Windhoek

Son las 13 cuando aterrizamos en Windhoek (pronunciado "güindúk"), capital de Namibia.

Los pocos que hemos facturado equipaje esperamos ansiosos junto a la cinta de recogida. Y no me quedo corta con "pocos": seríamos 5 personas.

Y ocurre lo que nunca me había pasado: sólo salen 4 maletas. Precisamente, la que falta, es la mía.

No os creáis que la terminal de llegadas del aeropuerto de Windhoek es grande: es una sala mediana tirando a pequeña, oscura, y donde solo hay un cuartucho con una ventana, a la que me dirijo para informar de que mi maleta no ha llegado.


Aeropuerto de Windhoek

Me hacen rellenar un formulario, poco o nada formal, a mano. Y me entregan un papel (con calma, con muuucha calma) en la que figura el número de expediente y un número de teléfono.

Cuando encuentren mi maleta, me avisarán.

"¿Cuándo será eso? Porque mañana partimos a primera hora hacia Sesriem...".

"No sé. Llame a este número si quiere para preguntar".

Esto nos recuerda que tenemos que recargar la tarjeta sim que nos han dejado unos amigos que han estado en Namibia hace nada. Por 3'5 euros compramos un paquete de 100 minutos en llamadas y 1 GB de datos (a la velocidad más lenta que os podáis imaginar), que caduca en 7 días. Al menos sé en qué voy a gastar esos 100 minutos...


Namibia SIM

Sin maleta nos vamos a buscar el transfer que solicitamos al hotel en el que nos alojamos, Trans Kalahari Inn.

Hay unos cuantos hombres con carteles, pero ninguno tiene nuestro nombre.

Se nos ocurre la brillante idea de que llamen por megafonía a quien nos tiene que trasladar. Y, aparece un hombre, que dice que él es el conductor del hotel.

Le seguimos al coche, pero, me he vuelto desconfiada y le pregunto por confirmar: "el traslado son 320 dólares namibios (25 euros), ¿verdad?".

Me mira y contesta todo serio "no. Son 400".

"No. Yo con el hotel hablé de 320. Llámales". "No tengo su número". "Yo sí, y también móvil. Llamo yo si quieres".

Les llamó y tras un pequeño rifi-rafe el conductor nos dijo que él no nos llevaba, pero nos encontró otro conductor que sí.

Empezaba a estar enfadada, menudo recibimiento estoy teniendo en mi primer viaje por el África negra: sin maleta, intentando cobrarme de más, y pagando un dineral por apenas 15 minutos de trayecto (porque el hotel está casi al lado del aeropuerto).

Cuando llegamos al hotel, informé en recepción de mi percance con la maleta. Más tarde llamarían ellos al aeropuerto para preguntar... sin éxito alguno.

Dejamos nuestras maletas (yo únicamente la mochila con portatil y cámara de fotos) en la habitación y fuimos caminando a Bobo Campers, con quien habíamos reservado una caravana para los próximos días.

Desconozco cuánto tiempo tardarán en darte uno de los toyotas con tiendas en el techo, pero nosotros, para poder salir mañana pronto, tuvimos que fraccionar en dos días la recogida del coche.

Entre rellenar papeles, firmas y explicar el funcionamiento (sobre papel todo) de la caravana, carreteras permitidas y demás, se nos fue casi hora y media.


Trans Kalahari Inn

Al día siguiente, ya con la caravana delante, contarnos cómo hacer la cama, funcionamiento de baño, electricidad, baterías, frigorífico, gas, utensilios varios, enchufarla, etc etc... se nos fue otra hora más.

Lo poco que nos quedaba de tarde, la dedicamos a sentarnos en la piscina y pasar el tiempo hasta la hora de la cena.

Muy recomendable el restaurante que tienen, donde probamos por primera vez la carne de springbok (esas gacelitas que posteriormente veríamos a miles).


Trans Kalahari Inn

Me gustó, aunque quizás lo que endulzó un poco la cena fuera la llamada que justo antes de sentarme en la mesa hice al aeropuerto: mi maleta había sido encontrada en Johannesburgo, y mañana a primera hora me la entregarían.

Bueeeeeno, un rayito de esperanza parece que asoma hoy...

Datos prácticos:

- Volamos Madrid-Doha, Doha-Johannesburgo, Johannesburgo-Windhoek con Qatar Airways, aunque el último tramo (en el que se perdió la maleta) estaba operado por Air Namibia.

- Reservamos el hotel, Transkalahari Inn, por booking, 50 euros la noche. La habitación que nos dieron tenía 4 camas, frigorífico y hervidor de agua con té y café. El desayuno no estaba incluido.

Dormir en este hotel fue la única manera de poder acelerar los trámites de la caravana para no salir muy tarde al día siguiente. Creo que tanto Bobo Campers como el hotel son de los mismos propietarios.

- La cena en el restaurante del hotel fueron 266 $N (19 euros): un springbok, unos macarrones bolognesa de-li-cio-sos y un par de botellas de agua.


Trans Kalahari Inn

- Cambiamos dinero en el aeropuerto, 500 euros, a razón de 1€ = 14$N. Podía haber sido peor.

- Por cierto que para la caravana nos pidieron una tarjeta de crédito, ya que hacen una retención de fondos para posibles multas o percances.

- El adaptador de enchufes lo compramos en el aeropuerto. 10 €. No sé dónde leí que en el aeropuerto era barato.... 

- La caravana la reservamos con Bobo Campers a través de Cardboard Box. 18685 $N (unos 1300 €), 9 días, sin franquicia (a todo riesgo). Aquí tenéis el enlace por si queréis verla. Es 4x4, que nos vino bien los últimos días, y la verdad que estuvimos muy cómodos con ella.

Namibia no es toda de color rosa --> Reflexiones de un viaje

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