Una hora y media tardamos en hacer los 80 km que separan Sesriem de Solitaire.
Volvemos a parar allí, para llenar de nuevo el depósito, por 20 euros. Al igual que el día anterior, y a carreras, nos hacemos unos bocadillos y ponemos rumbo norte.
La carretera está mal, pero no peor que lo que acabamos de hacer. La caravana es como una baticao, ideal para digerir lo que acabamos de comer.
A los 40 minutos pasamos por el trópico de Capricornio. Ya ni recordaba que estaba ahí.
Paramos, nos hacemos unas fotos, y continuamos trayecto.
La carretera discurre entre zonas por las que se puede ir temblando pero a 80, otras desesperantes en las que no sabes por qué lado circular, o si parar la caravana, llamar a un helicóptero y marcharte a casa, y alguna zona montañosa, con un pequeño puerto incluido.
Llegados a este punto, los pasos de montaña incluso nos gustan, porque tienen el detalle de adoquinarlos y al menos, durante un rato, los botes cesan.
Se nos está volviendo a hacer tarde y no entendemos el motivo; hemos ido lo más rápido que hemos podido, ya que si ayer no se nos rompió el coche, sabemos que no lo hará ya ante ningún bote.
Los 233 km (3 h) que indica google (de Solitaire a Walvis Bay), se transforman en 3 horas y media. Esto implica que no vamos a poder llegar hasta las salinas de Walvis Bay... y no nos queda más remedio que ver a los flamencos sin siquier bajar del coche.
Los flamencos, y los pedazo casas que hay en la orilla del mar. Parece California aquello, sólo faltan los surferos.
A las 18:40 llegamos a nuestro camping, Alte Brucke, en Swakopmund.
En recepción nos indican que lo único que hay abierto a estas horas es un Spar, y nosotros no tenemos cena para hoy... así que allí vamos, a reponer suministros.
Segundo día a carreras. No me gusta viajar así.
Datos prácticos:
- El mejor camping de todo el recorrido ha sido sin lugar a dudas este de Swakopmund. Parcelas de tamaño más que suficiente, con su propio baño (totalmente cerrado), cocina y barbacoa. Limpio, muy pero que muy limpio. Con wifi. Con seguridad.
400 $N (30 €) las dos personas.
Y Swakopmund, un pueblo que se merece un paseo más largo de lo que pudimos darle. Para habernos quedado un día descansando de tanto polvo, de calor (aunque yo no me quejo, que a mi me gusta), de las carreteras.
Volvemos a parar allí, para llenar de nuevo el depósito, por 20 euros. Al igual que el día anterior, y a carreras, nos hacemos unos bocadillos y ponemos rumbo norte.
La carretera está mal, pero no peor que lo que acabamos de hacer. La caravana es como una baticao, ideal para digerir lo que acabamos de comer.
A los 40 minutos pasamos por el trópico de Capricornio. Ya ni recordaba que estaba ahí.
Paramos, nos hacemos unas fotos, y continuamos trayecto.
La carretera discurre entre zonas por las que se puede ir temblando pero a 80, otras desesperantes en las que no sabes por qué lado circular, o si parar la caravana, llamar a un helicóptero y marcharte a casa, y alguna zona montañosa, con un pequeño puerto incluido.
Llegados a este punto, los pasos de montaña incluso nos gustan, porque tienen el detalle de adoquinarlos y al menos, durante un rato, los botes cesan.
Se nos está volviendo a hacer tarde y no entendemos el motivo; hemos ido lo más rápido que hemos podido, ya que si ayer no se nos rompió el coche, sabemos que no lo hará ya ante ningún bote.
Los 233 km (3 h) que indica google (de Solitaire a Walvis Bay), se transforman en 3 horas y media. Esto implica que no vamos a poder llegar hasta las salinas de Walvis Bay... y no nos queda más remedio que ver a los flamencos sin siquier bajar del coche.
Los flamencos, y los pedazo casas que hay en la orilla del mar. Parece California aquello, sólo faltan los surferos.
A las 18:40 llegamos a nuestro camping, Alte Brucke, en Swakopmund.
En recepción nos indican que lo único que hay abierto a estas horas es un Spar, y nosotros no tenemos cena para hoy... así que allí vamos, a reponer suministros.
Segundo día a carreras. No me gusta viajar así.
Datos prácticos:
- El mejor camping de todo el recorrido ha sido sin lugar a dudas este de Swakopmund. Parcelas de tamaño más que suficiente, con su propio baño (totalmente cerrado), cocina y barbacoa. Limpio, muy pero que muy limpio. Con wifi. Con seguridad.
400 $N (30 €) las dos personas.
Y Swakopmund, un pueblo que se merece un paseo más largo de lo que pudimos darle. Para habernos quedado un día descansando de tanto polvo, de calor (aunque yo no me quejo, que a mi me gusta), de las carreteras.
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