Hoy vamos a "madrugar": a las 6:45 estamos en la charca, viendo amanecer. Nos ha picado eso de que sea el momento de mayor actividad de los animales... así que vamos todo emocionados esperando ver el inicio de la peli del Rey León en la charca de Halali.

Todo nuestro gozo en un pozo (lo cual era de esperar). Tras media hora ahí sentados, solo vemos una mangosta rufa (Galerella Sanguinea), que para mi, en aquel momento es "una especie de rata corriendo". Le hice dos fotos y ambas han quedado movidas (corría rápido cual rata, de verdad)

Así que nos vamos a desayunar, que tenemos mucho que ver hasta Namutoni.
Springboks en Etosha

De hecho, no vamos hacia Namutoni (al este) sino de nuevo a Rietfoltein. Ayer al hacer el check in en el campamento, hojeé el libro de avistamientos y efectivamente no éramos los únicos que habíamos visto a la leona en ese waterhole. Debía llevar mínimo dos días por la zona, así que teníamos esperanzas de verla en pie.

La verdad es que el camino fue de lo más ameno: jirafas, springbok con crías, avestruces, un animal muerto y medio devorado... pero de la leona, ni rastro.
Springboks en Etosha
Springbokcitos


Avestruces  en Etosha
Trío de avestruces


Animal muerto en Etosha


Jirafa en Etosha

Desandamos el camino y añadimos un nuevo animal a la lista de "vistos": el alcéfalo caama (Red Hartebeest en inglés), que nos encontraríamos en bastantes sitios hoy.
Animales en Etosha
Este es un impala, no os penséis.

Además vimos una imagen triste pero natural como la vida misma: uno de ellos de pie al lado de su compañero, casi muerto, en el suelo de la sabana.

Un guía que paró a nuestro lado en un jeep tituló este momento como "Unfortunated Death".

Seguimos camino y al poco, en una pradera, veo un bicho al fondo, que no puede ser otra cosa más que un rinoceronte.

Efectivamente lo es, un rinoceronte blanco. Todo majo, comiendo hierba.
Rinoceronte en Etosha

Nos quedamos con el punto kilométrico para indicárselo a los coches con los que nos crucemos (el plan de los safaris es avisarse entre turistas de los animales, ¿no?) y al rato largo nos cruzamos con un coche, al que paramos sacando la mano.

Les decimos que a 15 km en esta misma carretera hay un rinoceronte, a su mano izquierda, en una pradera verde de alta hierba.

Y ellos nos dicen que sí, que vale. Pero que a 100 metros tenemos 3 leonas y un león, al ladito de la carretera. Que hay un par de coches más parados en ese punto.

Casi no les dejamos terminar las indicaciones del lugar exacto... les dimos las gracias y nos fuimos como un rayo a ver los leones.

Y sí.

Sí amigos.

Tres leonas y un león, a apenas 20 metros de nuestro coche.
Leona en Etosha


León en Etosha
¿Veis algo más que un león y hierba?

Que pa-sa-da. De verdad.
Etosha
Ahora sí, ¿no?. Ese trozo de carne a la derecha...

ñu en Etosha
A 100 metros de los leones, un ñu solitario. Jugándose la vida

El resto de animales que vimos camino a Namotuni fueron más de los típicos: springboks, más red hartebeest, algún pajarillo lindo y alguna cría.
Pájaro en Etosha


springbok en Etosha

Son las 12:40 cuando hacemos el check in en el camping de Namutoni. Hoy estamos tan felices de este maravilloso día de safari, que vamos a comprarnos un par de chuletones (que venden congelados) en el supermercado y a comer tranquilos en la caravana. Después de 5 días comiendo de bocata, no podíamos pedir nada mejor.
Namutoni en Etosha

En el supermercado preguntamos cómo podíamos descongelar los chuletones... nos mandaron al restaurante, donde los entregamos y, no me preguntéis cómo, no los dieron casi totalmente descongelados. El resto (cocinarlo en la sartén) lo hicimos nosotros en nuestra cocina.

Después de comer nos fuimos hacia el norte, a ver los waterholes de Klein Okevi, Groot Okevi y Tsumoor.

Nuestro plan era haber rodeado la Fischer's Pan, pero unas nubes negras amenazantes se acercaban por el este... así que preferimos dejarlo para el final.
Etosha

En las dos primeras charcas vimos dos pájaros bonitos y una tortuga (sí sí, una tortuga!).
Tortuga en Etosha

Fue camino a la tercera donde de repente digo: ¡UN ELEFANTE!
Elefante en Etosha

No tan grande como el del primer día, el elefante salía del bosque para cruzar la carretera.
Elefante en Etosha

Nos acercamos un poco más a él (aún a más de 30 metros) y cuando llega al otro lado se gira y empieza a mover las orejas y la trompa, mirándonos (y no es que seamos egocéntricos, sino que no había nadie más por allí).
Elefante en Etosha

Ay dios... agitar orejas... mover trompa... esto no es bueno. "Mete marcha atrás y retrocede".

Hacemos eso unos metros hasta que le perdemos de vista tras un árbol.

El corazón nos late a mil por hora. "Mierda. ¿Por qué no dan un manual de qué hacer en estas situaciones con la entrada al parque?".

Esperamos unos minutos en el centro de la carretera, mirando a los lados. No parece que esté ya.

Nos acercamos despacio... "Se ha ido".

Ambos estamos pensando lo mismo: acelerar a tope y dejar esta zona lo más rápidamente posible.
Animales en Etosha
Las gallinas namibias


Animales en Etosha

En Tsumor tampoco hay ningún animal. Por el camino, sin recuperarnos aún del susto, vemos alguna jirafa, avestruz y un impala de cara negra.

Y una avutarda kori, el pájaro volador más grande de África.

Esto ya empieza a gustarme mucho (bueno, qué narices, me gusta desde ayer), y está siendo más relajado.

Así que como relajado que queremos que sea, regresamos (volando también cuando pasamos por el punto de encuentro con el elefante) al campamento y nos compramos un par de helados para comer sentados en la laguna de Namutoni.

Que no, no hay nada, pero bueno... como hoy POR FIN vamos bien de tiempo, nos haremos unos bocadillos para cenar que nos comeremos mientras anochece, sentados, en el waterhole.
Namutoni

Así que a las 19 salimos con las latas de sardinas y el pan en dirección al área de cocina (mejor caer migas ahí que en la caravana), y, nada más poner un pie dentro, suena un trueno y el cielo se abre para dejar caer litros y litros de agua.

Se ha hecho de noche en apenas dos minutos y nuestra situación es la siguiente: en playeras, con un paraguas, dos bocadillos, una mosquitera mal puesta en un recinto de 3x3 metros cuadrados con dos fregaderos, y a unos 40 metros por un césped lleno de charcos y sin iluminación alguna de nuestra caravana.
Unos 10 metros más que esta distancia teníamos que recorrer para llegar a la caravana

Tras casi 20 minutos viendo llover (nunca mejor dicho) decidimos que uno de los dos tiene que sacrificarse por el bien común y salir a 1) quitar las toallas del tendedero, 2) desenchufar la caravana, no sea que haya algún cortocircuito (tampoco venía en el manual del buen campista) y 3) guardar las sillas de camping que dejamos abiertas y ahora están caladas.

Los puntos 1 y 3 no tienen mucho sentido, lo sé. Pero ya que íbamos...

Eso sí, tal y como indica la Ley de Murphy, no habían pasado ni 10 segundos desde que cumplimos todos los objetivos, cuando la lluvia empezó a arreciar... y yo llegué casi seca y sin pisar un charco a la caravana (no, yo no fui la que se sacrificó por ese bien común... alguien tenía que documentarlo y ese fue mi papel en la obra).

Hemos cancelado el plan de ir a la charca: hay más agua en los charcos que rodean la caravana que en la charca de Namutoni, y además ya nos hemos comido los bocadillos.

Además, hoy se nos ha bloqueado el botón para poder abrir un armario y hacer la cama, así que hemos tenido que desmontar con un destornillador un par de cajones.

El sonido de la lluvia nos acompaña toda la noche. Mañana me da a mi que vamos a salir a nado...