París - Ruta por Montmartre

Domingo 19 de agosto de 2018.


Como nuestro tren a París no salía hasta las 12:23, y dado que es el último día en Suiza, nos dimos el capricho de desayunar en el hotel (me voy a ahorrar el precio del desayuno).


Eso sí, desayunamos de todo…

Descansamos, recogemos, compramos pan para nuestros bocadillos y nos vamos a la estación de Lausanne.


Al final entre acomodarnos, escribir un poco, comer y demás, llegamos a las 16:03 a la Gare de Lyon, en pleno centro de París.


Nuestro hotel en París es el hotel Alexandrie, a 3 minutos de la Gare de Lyon y a unos 10 de la Gare d'Austerlitz. El hotel es... modesto. El baño está limpio aunque quizás deberían limpiar el polvo bien a toda la habitación, la cual además es enana. Enanísima. Y lo mejor de todo es que nos hicieron un upgrade... lo cual no me creo: es imposible que exista una habitación más pequeña que esa. 155 euros dos noches (me repito, pero, es que por ese precio consigo un hotel 4 veces mejor en Tailandia y todos lo sabemos).


Camino a Montmartre y el Sacre Coeur


Por algún motivo que desconozco la linea de transporte público RER A (que es la que mejor nos viene a todos los turistas) está cerrada todo el verano.



Subimos en la línea 1 de metro hasta Nation y ahí cambiamos a la línea 2 dirección Anvers. Unos 25 minutos de trayecto para llegar a los pies del Sacre Coeur.





Momento remember: yo estuve en París. Hace 18 años, es decir, cuando era una pipiola de 16


París - Ruta por Montmartre
Fui con el instituto: es el único viaje que hicimos al extranjero, no recuerdo ya si 4 o 5 días en autocar (sí, creo que ha sido de mis pocos viajes en autocar en la vida) por Francia.

Pocos recuerdos tengo de París; aunque creo que desde pequeña me ha encantado descubrir sitios nuevos, el ir acompañada de otros 30 adolescentes provocaba que todos estuviéramos más pendientes de estar con nuestros amigos y reírnos que de disfrutar la ciudad y enamorarnos de ella.

En fin, que aquí estoy yo de nuevo, 18 años después, en el Sacre Coeur. Y como hace 18 años, vuelvo a subir todas las escaleras hasta esta basílica dedicada a todos los franceses fallecidos durante la guerra franco-prusiana.


Comienza la visita por el barrio de Montmartre


Tras hacernos las fotos de rigor empezamos a descender callejeando por el pintoresco barrio de Montmartre.

París - Ruta por Montmartre

Nada queda de ese aire bohemio que debió tener durante el siglo XIX; ahora solo somos turistas, miles de turistas -menudas aglomeraciones, los que caminamos por sus calles haciendo fotos.

París - Ruta por Montmartre

Tenemos nuestra ruta bastante prefijada, y hemos elegido claramente la que hace todo el mundo: en el Moulin de la Galette coincidimos con un grupo de turistas al que volvemos a ver en más de uno de los puntos famosos del barrio.

París - Ruta por Montmartre

Por cierto, ¿conocíais la estatua del pasa-murallas?
Representa la historia de un señor que podía atravesar muros, y entre otros menesteres utilizó esta habilidad para mantener un romance con una señora... casada.
El marido se enteró y para vengarse de él le cambió unas pastillas de medicina (pongamos que ibuprofeno) por otras que anulaban su habilidad... haciendo efecto justamente en el momento en el que atravesaba uno de los muros.
París - Ruta por Montmartre 

Si buscáis en internet no encontraréis esta historia, pero os prometo que era la que un guía le contaba a su grupo de turistas (el mismo grupo con el que coincidimos antes), y oye, a mi me parece que la historia tiene tirón :).

Seguimos callejeando y haciendo fotos a algunos de los rincones curiosos que nos encontramos en nuestro paseo.

París - Ruta por Montmartre

París - Ruta por Montmartre

Finalmente, llegamos al Moulin Rouge, que, no sé a vosotros, pero a mi es un lugar que irá eternamente unido a la película de Baz Lurhman (de 2001, ¡ojo cómo pasa el tiempo!).

París - Ruta por Montmartre


Un consejo: algo que no hacer en Montmartre



Es pronto y nuestra visita no ha dado para mucho, así que en lugar de tomar el metro en Blanche decidimos caminar por el boulevard de Clichy hasta la siguiente parada, Pigalle.

¡En qué hora!

No solo no hay absolutamente nada interesante en esta avenida (a no ser que estés muy interesado en entrar en alguno de los múltiples cabarets o sexshops que se suceden escaparate tras escaparate) sino que además el ambiente de gente que hay por la calle (grupos de personas sentados en bancos y aceras sin ningún objetivo aparente, lo cual no me gusta un pelo) deja mucho que desear.

Es curioso como normalmente me siento más segura paseando por cualquier calle de Asia que por cualquier gran ciudad europea.

Respiro aliviada al sentarme en el metro. Aunque tenemos un Carrefour express cerca del hotel, al ser domingo por la tarde ya está cerrado.

Nos conformamos con un kebab en un turco cerca de la Gare de Lyon (porque no hay mucho más dónde elegir sin tener que deshacerte de un riñón) y un par de helados.

 

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