Domingo 26 de Agosto de 2018
Hoy salimos de Bayeux dirección Rouen para disfrutar de nuestro último día de vacaciones.
Nos lo tomamos con calma y buscamos aparcamiento cerca de la catedral. Aparcamos en una calle a partir de la cual comienza un rastro de antigüedades y a mí, ya sabéis, me encantan los mercadillos.
Caminando 4 calles llegamos a la catedral de Rouen.
Es espectacular. Tiene una gran aguja de 151 metros que la convierte en la catedral más alta de toda Francia.
De estilo gótico además, con todo lo que eso conlleva (amplitud, vidrieras, etc).
Y aquí es donde está enterrado el corazón del rey Ricardo I de Inglaterra.
¡Toma ya!
Entramos a visitarla por dentro, y efectivamente no defrauda.
Justo en la puerta de la catedral hay una oficina de información y turismo a la que entramos, aunque cierran en 5 minutos. Pedimos un mapa y compramos un par de imanes, los últimos del viaje.
Callejeamos por el casco histórico, plagado de casas antiguas, las típicas de Normandía y Bretaña pero que aquí, a pesar de que el día no acompaña, me parecen preciosas.
Nos paramos en el Gran Reloj, un reloj astronómico del siglo XIV que me recuerda en parte al de Berna.
Dios mio, parece mentira que hace 12 días estuviera visitando Berna...
Llegamos de esta manera a la Plaza del Mercado. Fue aquí donde un 30 de mayo de 1431 quemaron a Juana de Arco en la hoguera.
Ahora en ese lugar se encuentra una gran cruz para conmemorar su muerte, y también han construido en su nombre una iglesia bastante moderna aunque bonita.
Seguimos caminando mirando las amenazantes nubes negras que nos persiguen hasta que nos encontramos con el Palacio de Justicia, el mayor edificio gótico no civil de toda Francia.
Lo vemos rápidamente por fuera porque empieza a lloviznar.
Decidimos volver al coche y poner rumbo a Beauvais, donde tenemos que devolver el coche de alquiler.
Por el camino encontramos un pequeño palacete con un jardín en el que permiten hacer picnics. Hay dos familias sentadas en las mesas de madera con sus neveras y toda la comida, así que decidimos hacer lo mismo.
Bonito comer con estas vistas, ¿verdad?
Llegamos finalmente a nuestro hotel en Beauvais, el Inter Hotel City Aeroport.
Es un hotel que está a las afueras de Beauvais pero tiene al lado un McDonalds y la parada del bus que te lleva al aeropuerto, así que perfecto.
Dejamos las cosas y antes de devolver el coche de alquiler en la oficina del aeropuerto de Beauvais decidimos acercarnos a la ciudad a ver qué hay.
Y no hay nada. Bueno, hay una cosa para ver: la Catedral de San Pedro.
Que sí, vale, si la hubieran acabado sería realmente espectacular, pero al estar a medias pierde bastante (mira, como la Catedral de Valladolid... si no lo sabíais podéis leer este artículo en el que os hablan de qué ver en Valladolid).
Lo que sí es cierto es que no hay nadie por la calle. Da hasta un poco de miedo caminar por allí...
Entramos a verla por dentro. Se empezó a construir en el siglo XIII así que es de estilo gótico también. Vidrieras impresionantes en sus paredes.
De allí nos vamos directos al aeropuerto a devolver el coche, sin mayores incidencias. Mañana volamos vuelta a Madrid, poniendo punto y final a esta ruta de 21 días por Italia, Suiza y Francia.
El próximo día publicaré el resumen de gastos, que sé que os gusta.
¡Muchas gracias por leer hasta aquí!
Hoy salimos de Bayeux dirección Rouen para disfrutar de nuestro último día de vacaciones.
Visitando Ruán - Rouen
Nos lo tomamos con calma y buscamos aparcamiento cerca de la catedral. Aparcamos en una calle a partir de la cual comienza un rastro de antigüedades y a mí, ya sabéis, me encantan los mercadillos.
Caminando 4 calles llegamos a la catedral de Rouen.
Es espectacular. Tiene una gran aguja de 151 metros que la convierte en la catedral más alta de toda Francia.
De estilo gótico además, con todo lo que eso conlleva (amplitud, vidrieras, etc).
Y aquí es donde está enterrado el corazón del rey Ricardo I de Inglaterra.
¡Toma ya!
Entramos a visitarla por dentro, y efectivamente no defrauda.
Justo en la puerta de la catedral hay una oficina de información y turismo a la que entramos, aunque cierran en 5 minutos. Pedimos un mapa y compramos un par de imanes, los últimos del viaje.
Callejeamos por el casco histórico, plagado de casas antiguas, las típicas de Normandía y Bretaña pero que aquí, a pesar de que el día no acompaña, me parecen preciosas.
Nos paramos en el Gran Reloj, un reloj astronómico del siglo XIV que me recuerda en parte al de Berna.
Dios mio, parece mentira que hace 12 días estuviera visitando Berna...
Llegamos de esta manera a la Plaza del Mercado. Fue aquí donde un 30 de mayo de 1431 quemaron a Juana de Arco en la hoguera.
Ahora en ese lugar se encuentra una gran cruz para conmemorar su muerte, y también han construido en su nombre una iglesia bastante moderna aunque bonita.
Seguimos caminando mirando las amenazantes nubes negras que nos persiguen hasta que nos encontramos con el Palacio de Justicia, el mayor edificio gótico no civil de toda Francia.
Lo vemos rápidamente por fuera porque empieza a lloviznar.
Decidimos volver al coche y poner rumbo a Beauvais, donde tenemos que devolver el coche de alquiler.
Por el camino encontramos un pequeño palacete con un jardín en el que permiten hacer picnics. Hay dos familias sentadas en las mesas de madera con sus neveras y toda la comida, así que decidimos hacer lo mismo.
Bonito comer con estas vistas, ¿verdad?
Visitando Beauvais
Llegamos finalmente a nuestro hotel en Beauvais, el Inter Hotel City Aeroport.
Es un hotel que está a las afueras de Beauvais pero tiene al lado un McDonalds y la parada del bus que te lleva al aeropuerto, así que perfecto.
Dejamos las cosas y antes de devolver el coche de alquiler en la oficina del aeropuerto de Beauvais decidimos acercarnos a la ciudad a ver qué hay.
Y no hay nada. Bueno, hay una cosa para ver: la Catedral de San Pedro.
Que sí, vale, si la hubieran acabado sería realmente espectacular, pero al estar a medias pierde bastante (mira, como la Catedral de Valladolid... si no lo sabíais podéis leer este artículo en el que os hablan de qué ver en Valladolid).
Lo que sí es cierto es que no hay nadie por la calle. Da hasta un poco de miedo caminar por allí...
Entramos a verla por dentro. Se empezó a construir en el siglo XIII así que es de estilo gótico también. Vidrieras impresionantes en sus paredes.
De allí nos vamos directos al aeropuerto a devolver el coche, sin mayores incidencias. Mañana volamos vuelta a Madrid, poniendo punto y final a esta ruta de 21 días por Italia, Suiza y Francia.
El próximo día publicaré el resumen de gastos, que sé que os gusta.
¡Muchas gracias por leer hasta aquí!
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